La pobreza en Argentina ha empeorado desde abril

La pobreza en Argentina ha   empeorado desde abril

La pobreza en Argentina ha empeorado aún más desde el pasado abril, cuando el peso comenzó a depreciarse y volvió a desbocar la inflación, con aumentos de más del 100% en productos básicos como la harina.
El 27,3% de los argentinos son pobres, del que 4,9% son indigentes, es decir, sus ingresos no alcanzan ni siquiera para comprar comida.
“La cifra, difundida hoy por el organismo oficial de estadísticas (Indec) supone un golpe para Mauricio Macri, quien llegó a la Presidencia argentina con la pobreza cero como una de sus prioridades”, advierte una publicación del diario español El País.
La pobreza aumentó 1,6% puntos en el primer semestre de 2018 respecto a seis meses antes, pero está por debajo del 32,2% que registró la primera medición del gobierno macrista tras la recuperación de las estadísticas oficiales.
«Es un número que esperábamos que refleja las turbulencias de los últimos meses», dijo el presidente Mauricio Macri minutos después de la difusión del nuevo índice de pobreza.
Macri enfrentó la cifra con un corto discurso desde la Casa Rosada, donde lamentó la subida y prometió más presupuesto para la ayuda social. Ratificó, además, el rumbo económico, un día después de acordar con el FMI un aporte extra de 7.000 millones de dólares a los 50.000 millones del blindaje de junio.

«Ésta es la única vía», dijo Macri, «tenemos meses difíciles por delante, las cosas van a tardar más y tendremos retrocesos, pero nuestra meta es siempre reducir la pobreza».
Según una publicación de El País, el dato no ha sido una sorpresa: organizaciones sociales y religiosas advierten desde hace meses del impacto de la inflación, del aumento del desempleo y de la pérdida de poder adquisitivo entre la población con menos recursos. No refleja, sin embargo, lo peor de la crisis, acelerada a partir de agosto.

La dura realidad es visible en las calles de Buenos Aires, donde en los últimos meses ha crecido el número de personas que vive en la calle.
Además de hombres solos, que son mayoría entre los sin techo, hay también familias con hijos pequeños que duermen sobre colchones en las aceras. «Nos desalojaron de la pieza porque no podía pagarla», cuenta Jennifer, a cargo de una niña de seis años, en una de las calles del centro. Esta mujer originaria de Salta, en el norte de Argentina, trabaja limpiando casas, pero le redujeron las horas hasta que le fue imposible hacer frente al alquiler. Cuenta que ella y su hija se alimentan de comida que les dan los vecinos o que encuentran en la basura, aunque también se han acercado alguna vez a Plaza de Mayo, donde voluntarios de Red Solidaria ofrecen cenas calientes y abrigo para más de 300 personas. Según datos del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de Buenos Aires de julio, casi 1.100 personas están en situación de calle en la ciudad.

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