La irrupción forzosa a la sede diplomática mexicana en Quito por parte de la Policía ecuatoriana generó la ruptura de las relaciones bilaterales de ambos países. Los agentes policiales de Ecuador allanaron la Embajada situada en el centro norte de la capital y detuvieron a Jorge Glas, el ex vicepresidente ecuatoriano sentenciado e investigado por corrupción y hasta ese momento prófugo de la justicia.
Después de pasar la madrugada del 6 de abril en una unidad de flagrancia donde se ejecutó la boleta de encarcelación, Glas fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil, según confirmó a Infobae una fuente reservada del Servicios de Cárceles (SNAI).
Infobae accedió al comunicado que publicará el SNAI sobre el traslado: “Este 6 de abril de 2024, en cumplimiento a las disposiciones emitidas por autoridad judicial competente y, bajo un estricto operativo de seguridad coordinado junto con Fuerzas Armadas y Policía Nacional, el ciudadano Jorge G. fue trasladado al Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas N° 3. En el Centro de destino, a la persona privada de la libertad se le realizará la respectiva valoración médica, a través de personal del Ministerio de Salud Pública y, en observancia del procedimiento previsto en la normativa legal, será ubicado de conformidad con los criterios de clasificación inicial. Este Servicio de Estado exhorta a los medios de comunicación y ciudadanía en general a informarse por los canales oficiales de la institución, donde se brindarán las actualizaciones necesarias de este caso”. Este comunicado fue publicado minutos después de su difusión en este medio.
El ex presidente Rafael Correa y compañero de partido de Glas compartió en su cuenta de X un video del traslado. En la grabación se observa al ex vicepresidente abordando el avión 452 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. Glas sube al avión con dificultad. Correa escribió: “Lo llevan a Guayaquil a Jorge Glas. ¡Impresionante el despliegue de este Gobierno criminal! Jorge tiene dificultades para caminar porque fue golpeado. Todo esto es una locura. Por engreído que sea Noboa, es estúpido creer que quedará en impunidad”.
Alrededor de las 07h30 (hora Ecuador), de la Unidad de Flagrancia salió un auto blindado del Ejército donde se habría movilizado a Glas para que aborde el avión que lo llevará hacia La Roca, la cárcel de máxima seguridad en donde se encuentran líderes criminales y otros presos como el hijo de la vicepresidenta Verónica Abad, investigado por tráfico de influencias; el ex presidente de la Judicatura, Wilman Terán, y el ex diputado Pablo Muentes; esto últimos vinculados a los casos Metástasis y Purga respectivamente.
Desde el movimiento Revolución Ciudadana, afín al correísmo, se ha denunciado que Glas no tuvo acceso a su defensa y que sus abogados no han podido verlo desde la detención en la Embajada de México.
La cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca está en Guayaquil y su nombre oficial es Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas N° 3. La prisión es parte del complejo carcelario que incluye a la Penitenciaría del Litoral, la más violenta del país, y a la cárcel Regional, esta última de donde se fugó alias Fito.
Infobae conoció de manera extraoficial que ya ha sido habilitado el bloque de La Roca que presentó daños luego de que la policía realizara una detonación controlada el pasado septiembre. La prisión tiene capacidad para 100 presos. Sin embargo, por motivos de seguridad, el SNAI no ha revelado cuántos reclusos hay en la actualidad.
Según reportó El Comercio, una de las particularidades de esta cárcel es su sistema automatizado de control de celdas. En lugar de depender de vigilantes para abrir y cerrar las puertas, este procedimiento se realiza desde una sala central, donde se activan los mecanismos de seguridad en cada área. Los reclusos están sometidos a un estricto régimen de aislamiento. Sus interacciones sociales se limitan a salir al patio en horarios específicos para tomar aire fresco o hacer ejercicio, sin contacto con otros internos. Además, se les prohíbe recibir visitas, salvo las reuniones con sus abogados o los interrogadores, y no tienen acceso a ninguna forma de comunicación externa.