La policía de EEUU cuestionada por múltiples casos de agresiones a negros

La policía de EEUU cuestionada por múltiples casos de agresiones a negros

WASHINGTON.  La agresión de un agente contra jóvenes negros en una piscina en Texas es el último de varios casos de abusos que han generado malestar y el cuestionamiento de la actuación de los cuerpos policiales en Estados Unidos.

«Llamen a mi madre, Dios mío», clamaba llorando una adolescente negra en traje de baño cuando un policía blanco la tiró violentamente al suelo tras apuntar con su pistola a un grupo de jóvenes afroestadounidenses que se habían «invitado» a una piscina comunitaria en un complejo residencial de McKinney, una pequeña ciudad de Texas (sur). La intervención del agente fue filmada y «subida» a Youtube, donde fue vista más de 11 millones de veces, lo que lo condujo a renunciar.

El video muestra un hecho muy similar a lo sucedido en Nueva York a Eric Rohmer, el joven negro que gritó «No puedo respirar» mientras un policía lo sujetaba fuertemente. Los abusos policiales contra negros han vuelto a las portadas de la prensa estadounidense.

En Twitter, ha reaparecido la etiqueta üBlackLivesMatter («las vidas de los negros cuentan»), al tiempo que florecen estadísticas que muestran las desigualdades que padecen los afroestadounidenses.

Una de ellas señala que un negro tiene el doble de posibilidades que un blanco de morir a manos de un policía. Los medios de comunicación no dejan de evocar los nombres de las víctimas negras de brutalidades policiales, desde la primera, en Ferguson, hasta la última, en Cleveland: Michael Brown, Tamir Rice, Trayvon Martin, Freddie Gray… Todos ellos, afirma la bloguera afroestadounidense Chauncey Devega, constituyen «la necrópolis negra de la era Obama».

«El creciente número de pruebas registradas en filmaciones o fotografías de brutalidades policiales gratuitas contra inocentes negros estadounidenses, desarmados, podría despertar (…) un sentimiento de ultraje moral y de vergüenza de la América (Estados Unidos) blanca», estima esta portavoz de la lucha por los derechos civiles.

«El registro de los asesinatos de negros por la policía estadounidense constituye una nueva forma de linchamiento fotográfico», dice. Con la multiplicación de los smartphones, que captan al instante una escena, incluso en los barrios más desfavorecidos, Estados Unidos está descubriendo cómo «la policía abusa de su poder» y reacciona ante «la menor insubordinación» a su poder, con distinto énfasis según se trate de negros o de blancos, dice a la AFP el investigador social Musa Al Gharbi. «Ello choca la conciencia nacional».

«¿Acaso el policía de McKinney hubiera empuñado su arma si se hubiera tratado de un joven blanco con aires de Justin Bieber? Por supuesto que no», agrega el experto. Al Gharbi evoca una herencia con tintes racistas «institucionalizada en el período postsegregación».

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