Evocando a Juan Bosch en el centenario de su natalicio, decía en un artículo anterior que la reforma agraria que él impulsó en su breve gobierno del año 1963  no se parece en nada a la que devino después, ya que entonces los beneficiarios fueron campesinos sin tierra puros.

Una de las principales razones por las que después de casi 50 años del proceso de reforma agraria, no se pueda exhibir un solo asentamiento como modelo de organización y de producción, se debe a que no se continuó aplicando el modelo que Bosch diseñó para distribuir tierra y generar riqueza en el campo.  En cuanto al crédito por ejemplo, muchos parceleros individuales cumplen sus compromisos financieros, pero son más los que han fracasado y como grupos, en este momento sólo puedo dar testimonio de la Federación Francisco del Rosario Sánchez, de Valverde, como organización clasificada Cliente A-1 en el Banco Agrícola. 

Las acciones de política agraria de Bosch no eran improvisadas y por el contrario se basaban en  planes de desarrollo que incluían, además de tierra para los campesinos, sistemas de riego, agua potable, energía eléctrica, viviendas, escuelas, hospitales y centros sanitarios, caminos vecinales, campos experimentales y hasta viveros.  Fue Juan Bosch quien ordenó el diseño y gestionó los recursos para la construcción de las presas de Tavera y Valdesia. 

Tampoco olvidó la necesidad de crédito agropecuario, para lo cual solicitó al Congreso Nacional la aprobación de un préstamo por US$4.9 millones al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para capitalizar al  Banco Agrícola.  Llegó tan lejos en su apreciación de los problemas sociales del campo y del país, que hizo incorporar en la Constitución del 63 la necesidad de erradicar el analfabetismo, por considerarlo como “espina dorsal de nuestros males”.     

Cuando se estudia el gobierno de Bosch, muchos pasan por alto que en el año 1963 en la República Dominicana había muy pocos profesionales y técnicos,  a tal punto, que dentro de sus primeras medidas como gobernante, Juan Bosch escogió a numerosos jóvenes dominicanos y los envió a estudiar al extranjero.

Conociendo las limitaciones que encontró, no caben dudas que en cuanto al desarrollo agrícola la gestión de Juan Bosch fue la de un hombre verdaderamente avanzado en su tiempo.  Por ejemplo, en su gobierno se introdujeron  variedades mejoradas para aumentar la productividad de los cultivos, como fue el caso del maní que por esa razón incrementó su  rendimiento en 30%.

Fue en el gobierno de Bosch cuando por primera vez se usaron métodos modernos para la producción  de pollos, incluyendo la introducción de la raza Ventress.  El Banco Agrícola continuó con esa política, financiando la crianza de pollos en granja  y consiguiendo que se popularizara el consumo de esta carne, otrora un lujo en día domingo de las familias mejor posicionadas.

Cuando le dieron el golpe de Estado ya Bosch tenía diseñadas las dos primeras Villas de la Libertad, de diez previstas en la primera etapa, una en la colonia de los Guineos-Sabana Grande de Boyá  y otra en la Colonia de Básima, en Villa Altagracia.  Quería mostrar, en contraposición a los bateyes y barracones, cómo debían vivir los seres humanos que con su trabajo generaban riqueza al país a través de los dos principales centrales azucareros del Estado: el ingenio Río Haina y el ingenio Catarey.   Eso está bien registrado en el libro de Felucho ( pág. 67) “Como fue el Gobierno de Juan Bosch”.