En el tránsito las políticas que se siguen son similares a las de los productores de longaniza, que llenan y llenan y llenan y llenan las tripas hasta que ya no hay espacio, pero siguen llenando.
Los números hablan, los números y los sofocones (le cambiaron el nombre a los gorogolos) que padecemos al salir a realizar cualquier diligencia y gastamos, gastamos y consumimos gasolina sin que el carro avance durante laaaaaargos minutos de rabia, impotencia y convencimiento de la inoperancia de la autoridad.
Cuando se planeó, se anunció y se ejecutó la avenida 27 de Febrero, se dijo, se pregonó y se pensó, que era la solución al tráfico y tránsito en Santo Domingo.
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Como cultores de la política del calimocho, solo se actuó, como si se planificara con anteojos de tuertos, la solución este-oeste, como si el tránsito norte-sur no existiera. El estribillo era cierto: “solo Balaguer puede hacerlo”. Cierto, Balaguer tenía el cooooraje y la visión para desguañangar media ciudad para beneficio de la ciudad y de sus moradores. Falta ese nivel de decisión: hay que crear desahogos norte-sur y nuevos desahogos este-oeste, para facilitar y viabilizar el tránsito y tráfico. La decisión de remodelar y ampliar la calle Las Carreras, en Santiago, tuvo sus críticos y adversarios en su momento ¿y ahora? Fue una excelente decisión y mejor ejecución. Este Gobierno mío, del cambio, hace esfuerzos por mejorar y viabilizar el tránsito para que fluya de manera organizada y constante.
Las soluciones son inteligentes, viables, pero hay un ingrediente al cual nadie le quiere meter el pico, los planificadores fiscalistas del Gobierno temen que la no importación de vehículos disminuya considerablemente los ingresos arancelarios, de aduanas, al punto de que puede desequilibrar el Presupuesto nacional.
Quienes abogamos por la organización de las importaciones de vehículos, tomamos en cuenta el tamaño de los 2/3 de isla que ocupamos, su orografía y las distorsiones en el tráfico y tránsito de automotores. Solo en 2022 había un millón 45,414 carros, súmele 130 mil importados en 2023, si solo transitaran automóviles por las calles, carreteras y caminos, tendríamos 1 millón 145,414 vehículos disputándose las vías.
Esos vehículos, puestos bómper con bómper ocupan un número tan alto de espacio que creo haberme equivocado en la simple operación de división y multiplicación. Multiplíquelos por 3 metros, piense que también hay guaguas, camiones, volteos y una miríada de motocicletas disputándose el espacio, y el resultado es, tapones, tapones, tapones.
¿Solución? organizar el transporte colectivo con guaguas, limpias, puntuales, y choferes educados, y regular la importación de vehículos.
De lo contrario, otras soluciones son echar más carne a la longaniza.