La política del avestruz

La política del avestruz

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Mi padre Julio Porfirio Gautreaux de la Cruz desconfiaba hasta de la sombra de los haitianos. Además de su condición de santanista, conocía a los haitianos por haber bregado con ellos mientras fue bodeguero del Central Romana, en Sabana de Chavón, donde nací el 9 de noviembre de 1937.

Como seguidor de las “glorias” del general Pedro Santana (solo hablaba de la Restauración para aclarar que Santana había sido respaldado por la mayoría de los generales de la independencia en su petición a la corona de anexión a España).

Papá partía de la condición de personas secuestradas y sacadas de su tierra, de su libertad, de su ambiente de su sociedad, de sus reglas, para convertirlas en esclavas y manejarlas con gritos y latigazos.

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Haití creció a través del trabajo forzado, esclavo, admirable es su lucha por la libertad y el autogobierno, hasta que el tribalismo tomó las riendas con un derrotero que va de la esclavitud a las botas de improvisados “generales” cuyas glorias se contaban en el alto número de fusilados y asesinados para mantenerse en el poder.

Con poca agua, tierra dañada por el mal manejo de cultivos y siembras, y con la maldición de los pobres, como llamaba el poeta Rubén Darío al vientre de las mujeres, Haití hace tiempo que se convirtió en un país inviable.

Lo haitianos no son aceptados ni siquiera en antiguas colonias de esclavos que hoy forman parte de la comunidad anglófona del Caribe.

Su sueño nacional es volver a conquistar y ocupar nuestra tierra. Como decía mi inolvidable compadre José Dorín Cabrera, “aquí la puse y allí la dejé”, algunos se hacen los locos y olvidan que puerco no se rasca en jabilla.

Mientras los haitianos aplican la política de las gallinas que grano a grano se llenan el buche, los haitianos uno y otro y dos más y un grupito, pasan ahora ilegalmente la frontera, como todos los días y engrosan el ejército con el cual nos vamos enfrentar en una extraña guerra civil, además la autoridad nacional restringe y dificulta la tenencia y porte de armas a la gente decente, mientras los tígueres, los narcos, los contrabandistas y muchos más tienen armas ilegales con las que ejercen sus malas artes.

Cuando se arme la de no te menees voy a ir a la guardia y a la Policía a buscar mi fusil ¿tienen las armas en depósito para una contingencia así, trabajan en planes de enfrentar y sofocar un brote de guerra civil¡?