La política exterior de la social democracia francesa

La política exterior de la social democracia francesa

Los que no siguen con mucho detenimiento las políticas o estrategias de los partidos socialistas y comunistas franceses no pueden entender esas sutilezas. Efectivamente, es difícil comprender las diferencias ideológicas entre los dos partidos: Las trayectorias son paralelas pero bifurcan y se alejan, al momento de las grandes decisiones.

La política de no intervención en la guerra civil de España fue responsabilidad de León Blum, socialista francés que prefirió ver agonizar la República que permitir mandar armas o permitir el tránsito por los puertos franceses de las armas que necesitaba. Durante la Segunda Guerra Mundial, su actitud  es aun más criticable: sencillamente desapareció como Partido contrario al Partido Comunista que organizo su militancia en una resistencia interior (FFI) que liberó París, primero que el General Leclerc y sus tropas.

El pueblo francés fue marcado por la independencia de criterios del General de Gaulle que siempre se demarcó de las decisiones de los EE.UU y dotó la Constitución de artículos que hablan de asilo político, independencia y generosidad. Lo que acaba de ocurrir con el desvío del vuelo de Evo Morales es la prueba de un retroceso en la política exterior de Francia que  deshonra la tradición que se inició en 1948 cuando el General de Gaulle, pese a las reticencias de Roosevelt, (octubre de 1944), formó su Gobierno, en junio de 1948 con ministros comunistas. Su política exterior  siempre fue impregnada por ese fuerte nacionalismo basado en la idea de independencia nacional.

En su discurso de Phnom-Penh en Camboya, críticó  el papel de los EE.UU en  Vietnam, negó, dos veces, el ingreso de Gran Bretaña a la CEE (1963 y 1967), por considerar al gobierno de Londres como un mero instrumento de Washington, sacó a Francia de la OTAN y a pesar de la “guerra fría” viajó a la URSS en 1966.  Recordemos que en 1965 apoyó a los constitucionalistas, condenó la intervención de los EE.UU.  y dio asilo político a los dirigentes que lo solicitaron.

La social democracia francesa, con Francois Hollande a su cabeza, acaba de demostrar sus ataduras con una actitud que rechazara el pueblo francés. Hoy, este  teme perder las próximas elecciones municipales y Francia hace el ridículo con sus retractaciones pero América Latina sabe, ahora lo que vale la social democracia europea que fue capaz de poner en peligro la vida de Evo Morales.

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