El Presidente de los Estados Unidos (POTUS), tiene por norma actuar con contundencia ante los eventos internacionales. Sin embargo, parece ser que esta actitud también tendrá su costo geopolítico y económico para esa gran nación.
Su política tarifaria, sobre todo a los automóviles importados, podría generar una retaliación inusitada que le podría costar unos US$600,000,000,000.00 a la economía norteamericana, en sus volúmenes de exportación. Además, la impronta fiscal que se cernirá sobre las compañías norteamericanas “off shore” acarreará grandes dificultades de logística y comercialización para esos productos. Obviamente, que este impacto negativo podría retrasar sus planes de “Make America Great Again” (MAGA).
Otro efecto indeseable es la posibilidad de que fabricantes norteamericanos busquen construir vehículos de motor en países que tengan acceso a los mercados europeos y asiáticos.
Los productos más afectados serán el Aluminio, el Acero, Automóviles, Maquilas de tejidos y vestimenta, bebidas alcohólicas, entre otros.
Sin embargo, el caso mas emblemático lo constituye el aluminio, veamos porqué:
1- Las sanciones que se impusieron, unilateralmente, sobre las actividades comerciales de la Unión Soviética, a partir de abril del año en curso y que entrarán a regir a partir de octubre, impedirán que Rusia continúe siendo el mayor exportador de aluminio al continente europeo. Esta disminución en la oferta pondrá a las industrias europeas en desventaja con el resto del mundo, debido a “los precios preferenciales” que Rusia otorga a estas naciones.
2- El continente europeo tiene un enclave económico compuesto por pequeñas y medianas empresas, con una amplia utilización de tecnologías, (Alemania, Francia e Italia) que sus exportaciones se verán grandemente afectadas por el alcance extraterritorial de estas medidas restrictivas de la Administración de Donald Trump.
3- En otras palabras, Europa necesita el aluminio ruso, a precios preferenciales, para el funcionamiento y desarrollo de su enclave industrial, económico y comercial.
4-La otra cara de la moneda será que los bienes importados, dentro del encarte fiscal, se encarecerán enormemente y pondrán más presión a los presupuestos de la clase media, que tendrá que recurrir al crédito para “balancear” sus presupuestos.
5- A pesar de que el presidente Donald Trump ha dicho que “Las guerras se echan para ganarlas”, muchas de ellas se pierden por falta de visión de Estado. Esto así, porque los afectados, importadores y exportadores no podrán controlar la escalada de precios que originarán estas medidas restrictivas.
Las industrias buscarán nichos fiscales que les permitan exportar competitivamente y los consumidores disminuirán su consumo, aun cojan “fiao” para mantener su estatus social y económico.