La política: «la ciencia más pura…»

La política: «la ciencia más pura…»

LUCIANO CASTILLO
En realidad, el Padre Fundador de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte, escribió lo siguiente: «La política no es especulación, es la Ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles».

Esta concepción duartiana de la Ciencia Política se enmarca en su visión teórica como reguladora de la vida pública o política de la sociedad.

Duarte no enfocó la manifestación práctica de la Ciencia Política: la política, es decir, la actividad que regula la interacción de los seres humanos en la vida pública en sus diversos aspectos contradictorios.

Sin embargo, la forma cómo influyó la política en su aspecto práctico más bajo se encuentra en estas palabras escritas por Duarte: «he arrastrado durante veinte años la vida nómada del proscrito».

Duarte, idealista, creyó en la pureza y la dignidad de la Ciencia Política, pero la realidad de la política lo golpeó con la crudeza de su impureza y de su indignidad.

Desde Duarte hacia acá, la Ciencia Política ha desarrollado un cuerpo de conceptos y paradigmas teóricos formidables que ha permitido la formación de politólogos y cientistas sociales excelentes, pero paralelamente la política ha ido evolucionando entre la pureza y la impureza, entre la dignidad y la indignidad, entre la entereza y la venalidad.

En la sociedad dominicana contemporánea no existe un interés a nivel popular de estudiar y conocer la Ciencia Política, la ciencia más pura y más digna, después de la Filosofía, al decir de Duarte, sino de participar y ejercer la política como fuente de ascenso económico por medio de actos corruptos, la política como un mercado de compra y venta de conciencia, la política como reducto de la degradación y la abyección humanas.

En esta línea de pensamiento, muchas veces nos preguntamos, ¿cuáles son los mecanismos biopsicosocioculturales que condicionan, por ejemplo, el transfuguismo político, la votación de los pobres por candidatos que representan la clase explotadora o por candidatos que hacen promesas que no cumplen? ¿Por qué los pobres no votan masivamente por los verdaderos partidos o movimientos de izquierda que luchan por sus reivindicaciones y por su bienestar?

Ahora bien, no todos los políticos o agentes participantes de la actividad política partidaria administrativa deben ser medidos por el mismo rasero, puesto que un número considerable tiene una conciencia sólida sobre el papel que juega en la vida política y su fuerte apego a la trayectoria política escogida.

Finalmente, la Ciencia Política debe ser una normativa para regir la política como quehacer político práctico, pero entendiéndose la primera con la pureza y dignidad con que Duarte la definió y la segunda libre de los pecados en que la tienen sumida los malos dominicanos.

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