La política es un quehacer social que busca el poder y trata de ejercerlo para influir sobre las decisiones colectivas, sobre todo desde las diferentes instancias del Estado. Esta es el producto de ideas, sentimientos e intereses compartidos que pugnan por expresarse y predominar en un tiempo y espacio social determinados, a través de normas y actos de fuerza que se institucionalizan en el imaginario colectivo.
De estos nutrientes de la política, las ideas aportan las explicaciones y objetivos racionales, por lo general vinculadas a las aspiraciones prevalecientes en una cultura; los sentimientos son los deseos, temores y actitudes que fijan emocionalmente el comportamiento; y los intereses definen los estímulos para las personas y organizaciones intervinientes. Estos nutrientes se entremezclan y definen pautas de acción, las que van cambiando con el tiempo.
Dentro de esas pautas de acción política se distinguen los valores éticos o principios morales, que las justifican ante sí mismos y la sociedad.
Resulta lamentable que los principios enunciados en un discurso político se queden en promesas, o en cambiantes explicaciones de acuerdo a las conveniencias de la coyuntura. La consigna de Juan Bosch de servir al partido para servir al pueblo, ha sido degradada por la de en política se hace lo que conviene, que proclaman y practican líderes del PLD, lo que es lamentable, porque los principios éticos son sustituidos por ejercicios de simulación y prostitución política apenas embozados.
Esto viene a cuentas porque el gobierno pretende vender el paquetazo fiscal, que empobrecerá más a la población dominicana, para enriquecerse y mantenerse en el poder, pero dice ahora que es para cumplir la Ley sobre educación.
Han hipotecado al país, triplicando las deudas nacionales e internacionales, regaló la mina de Pueblo Viejo, con cuyo producto se pudiera pagar la deuda pública, que solo en este año tendrá un déficit fiscal de cien mil millones de pesos, ha abandonado a su suerte a los sectores productivos y sostiene una inmensa burocracia en el país y el extranjero que solo en la Misión de la Naciones Unidas en Nueva York llega a los 50. Entre embajadores, ministros y agregados; mientras los proyectos multimillonarios de relumbrón, falta de todo.
El colmo de esa moral de pantalla es la declaración del probable candidato a la Presidencia de la República, Danilo Medina, quien no se lamenta de la pesada carga que supone el paquetazo para el pueblo, sino porque es inoportuna, lo que constituiría un palo encebao, para su candidatura. Una ingenuidad, porque se trata de una exigencia de los prestamistas del FMI para los desvaríos económicos del gobierno.
Todo eso demuestra la degradación de la moral política del partido de gobierno y lo que esperaría el pueblo dominicano de un nuevo periodo del PLD, con el control de todos los poderes públicos, sobre todo que no habrá elecciones generales hasta el año 2016. Si fuere así, que Dios nos coja confesados; aunque ya el electorado está expresando a través de encuestas que está esperando el 2012 para salir del gas morao que tiene encima.