La política monetaria restrictiva
¿Es restrictiva la política monetaria dominicana?

<STRONG>La política monetaria restrictiva<BR></STRONG>¿Es restrictiva la política monetaria dominicana?

La política monetaria es la parte de la política económica que usa la cantidad de dinero como variable de control para asegurar y mantener la estabilidad. Para ello, las autoridades monetarias usan mecanismos como la variación del tipo de interés o la participación en el mercado de dinero. Cuando la política monetaria es aplicada en un país para aumentar la cantidad de dinero, se le llama política expansiva, y cuando es aplicada para reducirla es una política restrictiva. Así, ante el riesgo de una alta inflación o de devaluación de la tasa de cambio, una estricta política monetaria apropiada puede evitar un proceso recesivo y lograr mantener estable los saldos de dinero. 

Hoy día, muchos países en vías de desarrollo experimentan los efectos de choques económicos externos o el posible impacto recesivo de la economía global. Ante esta situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) generalmente recomienda una política monetaria lo suficientemente restrictiva como para contener en forma sostenida la inflación y las expectativas inflacionarias, y una política fiscal que mejore las finanzas públicas. Por ello, como parte del monitoreo asumido por el país, se busca que el gobierno  pueda comprometerse con  una política monetaria consistente con el objetivo del crecimiento y la estabilidad macroeconómica.

Tipos de política monetaria

En la literatura económica, la política monetaria está esencialmente desarrollada por economistas como Irving Fisher, Friedrich Hayek y Milton Friedman. Ellos se basan en las grandes ideas aportadas por los llamados economistas clásicos (Adam Smith, John Stuart Mill, otros), durante la crisis económica que se vivió a partir de 1929. Sugieren que el Estado no debe intervenir activamente en la economía en caso de depresión (ya que es probable que la empeore), y que debe limitarse a controlar la cantidad de dinero.

En contraposición al monetarismo, está el keynesianismo (John Maynard Keynes) y su política fiscal, que precisamente defiende lo contrario: el Estado debe participar aumentando el gasto público y reduciendo los impuestos. Ya sabemos que en el caso del crack de 1929, la política monetaria falló. Los clásicos creían que al haber caído la cantidad de dinero, también bajarían los precios y los salarios, y se volvería automáticamente al pleno empleo. Pero resultó que fue muy difícil que tanto precios como salarios bajaran. Porque  los empresarios se negaron a bajar los precios, y los trabajadores se negaron a cobrar menos.

En esencia, tenemos que una política monetaria puede ser expansiva o restrictiva. Se dice que es expansiva cuando el objetivo de la política es poner más dinero en circulación. En cambio, es restrictiva cuando el objetivo es quitar dinero del mercado. La política monetaria expansiva se aplica cuando en el mercado hay poco dinero en circulación.

Ésta consistiría en usar uno de tres  mecanismos: a) reducir la tasa de interés, para hacer más atractivos los préstamos bancarios; b) reducir el coeficiente de caja (encaje bancario), para poder prestar más dinero; o c) comprar deuda pública, para aportar dinero al mercado. Según los monetaristas, el Banco Central puede aumentar la inversión y el consumo si aplica esta política y baja la tasa de interés. La política monetaria restrictiva se aplica cuando en el mercado hay mucho dinero en circulación y lo que interesa es reducir la cantidad de dinero.

Esta consiste en lo contrario que la expansiva: a) aumentar la tasa de interés, para que pedir un préstamo sea más caro; b) aumentar el coeficiente de caja (encaje bancario), para dejar más dinero en el banco y menos en circulación; o c) vender deuda pública, para quitar dinero del mercado cambiándolo por títulos.

El Banco Central no puede influir directamente sobre la cantidad de dinero ni sobre la tasa de interés, pero tiene formas de incidir en sus comportamientos: (1) a través de la cantidad de dinero que circula en el mercado, del proceso inflacionario, o por el auge o la recesión de la actividad económica; (2) a través de la variación del coeficiente de caja, cambiando el porcentaje de los depósitos bancarios ha de mantenerse en reservas líquidas, o sea, guardado sin poder usarlo para dejarlo prestado y (3) a través de operaciones de mercado abierto, mediante la compra o venta de títulos de deuda pública (o certificados financieros) del Banco Central en el mercado abierto.

La aplicación

Sabemos que la preeminencia de los criterios económicos para resolver los problemas constituyó un elemento clave que caracterizó la década del 90 en América Latina. Un ingrediente que en su momento marcó el rumbo de las recomendaciones macroeconómicas para la región, fue la preocupación por las distorsiones asociadas a la inflación.

Esta situación reforzó la confianza en la aplicación de políticas monetarias restrictivas y generó cierta desconfianza hacia las políticas fiscales activas que estimulaban el gasto público y eran permisivas con el nivel (y el financiamiento) del déficit fiscal. Así, en las últimas décadas se han registrado logros transcendentales en la reducción de la inflación. Y el objetivo principal de la política monetaria más bien ha sido asegurar y afianzar estos avances. Porque una inflación alta y volátil no solo incide negativamente en el crecimiento económico, sino que agrava la desigualdad en la distribución de la riqueza, pues los costos de la inflación tienden a recaer en forma desproporcionada sobre los pobres.

Es indudable que tradicionalmente la firme aplicación de una política monetaria restrictiva ha contribuido a aliviar las presiones cambiarias y a prevenir espirales inflacionarias. Estas políticas restrictivas bien se vienen aplicando con éxito en Brasil, Argentina, México, Uruguay, Chile, Costa Rica, Honduras, y otros.

Particularmente, las políticas aplicadas en Corea y Tailandia han ofrecido brillantes resultados: tras períodos de tasas de interés real negativas, depreciación de la moneda y creciente inflación en los programas respaldados por el Fondo, las tasas de reales de interés alcanzaron niveles atractivos. Por ello, cuando las políticas restrictivas son exitosas, puede fácilmente comprobarse cómo las condiciones del mercado se estabilizan, cómo las monedas se recuperan y las tasas de interés  bajan a niveles inferiores a los registrados antes de la crisis. Lo importante siempre ha sido evitar un ciclo de inflación y depreciación.

De hecho, muchos países han adoptado sistemas basados en objetivos explícitos de inflación, que ofrecen un marco prometedor para la aplicación de las políticas monetarias y cambiarias. Lo que si queda claro es que la mayor ventaja de estos sistemas es que encaminan el debate sobre políticas hacia lo que la política monetaria puede lograr de manera sostenida (es decir, controlar la inflación), y no hacia lo que no puede hacer (como aumentar la producción o la competitividad externa), brindando un régimen cambiario con mayor capacidad de resistencia a las perturbaciones.

Cuando se buscan políticas monetarias efectivas  se mide que la dimensión o repercusión de la depreciación o apreciación del tipo de cambio sean menores de lo prevista y que el efecto de la inflación pueda llegar rápidamente a reducirse. Sin embargo, para reforzar la credibilidad de estos marcos de política monetaria relativamente nuevos es importante que los bancos centrales intervengan de inmediato ante cualquier indicio de presiones inflacionistas, incluidas las que se deriven  de choques externos como el cambio brusco en los precios los bienes primarios de exportación o en el diseño y puesta de práctica de políticas económicas de los países desarrollados.

La cifra

9.3% es la tasa  de inflación acumulada en la economía dominicana a octubre de 2008, medida a través de la variación porcentual del IPC. La inflación alcanza una tasa de crecimiento de 6.1% con respeto a diciembre.

Zoom

La restricción dominicana

La política monetaria restrictiva en la República Dominicana ha significado que el incremento anual de la oferta monetaria (M2), que cubre el efectivo en circulación más todos los depósitos, declinará de 64.8% en 2003 hasta 4.4% en 2007. Mientras, el incremento de los préstamos bancarios se mantuvo en menos de 25%, como en los niveles entre 1995 y 2000.

En febrero de 2008, el M2 subió solo 1.3% y en marzo 2.4%. Sin embargo, entre abril y octubre ha promediado un crecimiento negativo de 0.23% mensual. Hoy se reconoce que el país ha tenido una gran recuperación en términos de conquistar una estabilidad macroeconómica, controlar la inflación y fortalecer las reservas internacionales. Así, la política monetaria de hoy se caracteriza por una tendencia decreciente que viene mostrando la tasa de inflación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas