A pesar de que la génesis histórica de la actividad política en el siglo IV a.c., en la ciudad de Grecia, nace como consecuencia de necesidades insatisfechas de sus ciudadanos más empobrecidos de la época.
Sin embargo, la realidad social de naciones como la República Dominicana, la política no ha cumplido con esas demandas ciudadanas.
Al contrario, las necesidades, la pobreza y la desigualdad social se acentúa cada día más, y la riqueza se concentra en unos pocos políticos.
Razones suficientes para manifestaciones de protestas ciudadanas, altos índices de delincuencia, frustraciones y desesperanza colectiva en la clase pobre y en la juventud.
En nuestra sociedad cada día empeora la condición humana, a pesar de ser una sociedad altamente politizada, que creyó en política como actividad destinada a mejorar la calidad de vida de los más necesitados.
Son muchos los países como el nuestro que se sienten burlados, engañados, marginados, olvidados y empobrecidos por los actores de la política que no han cumplido con esa misión, y solo se han beneficiado ellos, que hoy son ricos.
Entendemos que la política es la lucha por el poder, para desde este gobernar para el bienestar de la colectividad, no de un partido o grupo en particular, como tradicionalmente ocurre en nuestro país.
En República Dominicana la política ha sido convertida en un medio para obtener riquezas, privilegios, concentración de poder, avasallar a quienes no comparten la misma ideología, desestimar la honradez, el cumplimiento del deber, las competencias de los demás y los buenos valores.
Recordemos que Aristóteles definió la política como aquellos actos orientados a mejorar los niveles de vida de los ciudadanos. No para empobrecer, sino para mejorar la calidad de vida de la gente a través de su propio medio de producción, no otorgándoles indigentes dádivas a través de los famosos programas sociales. Eso no es la política en su real dimensión.
Por eso, los políticos han perdido credibilidad y gran parte de la sociedad no cree en la política como medio de solución a los problemas y necesidades del pueblo. Pues la ven como un medio de corrupción.
Hay que cambiar esa percepción de los ciudadanos sobre la función de la política. Cambiar el modelo de hacer la política es una necesidad, si queremos país con menos pobreza, menos delincuencia, más ético y más productivo.