La política y los intereses

La política y los intereses

A mi siempre me ha fascinado cómo alguna gente engurruña la nariz como si les diera asco cuando al conversar sobre política alguien menciona la palabra intereses y los compromisos que esos intereses significan.

Es como si la política, en el sentido de “politics” y no de “policy”, o sea  el arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados o la actividad de quienes rigen o quieren regir los asuntos públicos, y por extensión las gestiones del ciudadano al intervenir, opinar o votar sobre los asuntos del gobierno; como si ésa política, estuviera destinada a ser ejercida sólo por ángeles o vírgenes cuyos ideales de bien patrio no pudieran ensuciarse con las excrecencias del faenar por la supervivencia que conocen los hombres y mujeres de cualquier pueblo.

Regir los asuntos públicos no puede hacerse inmaculadamente igual a como ningún cirujano puede operar sin que del tejido intervenido brote sangre.

El brillante periodista puertoplateño de hace más de un siglo, José Ramón López, cuya obra ensayística, periodística y literaria ha sido rescatada hace tiempo por la Fundación Corripio en su Biblioteca de Clásicos Dominicanos, en un artículo titulado “La ciencia política”, publicado en “La Cuna de América” en junio de 1908, refiere que “los hombres no organizan nación sino con fines biológicos y económicos. Lo demás es accesorio, es secundario”.

Y tras criticar a los idealistas de modo parecido a como comienzo este artículo, López asegura: “La política que no tienda a la creación de todo género de riquezas (intereses materiales) y a la salvaguarda de todo género de derechos (intereses morales) no es propia de una nación civilizada, sino de horda salvaje predestinada a caer en el caos hasta que una misericordia avergonzadora la conquiste y la someta al orden y a la disciplina”.

¡Hace 104 años ya había un periodista dominicano con más ilustre idea que muchos de los cagatintas que debemos padecer en la actualidad!

López concluye: “la política es labor de nervio y no de músculo y por eso no es tal política si no cabe dentro de la definición de ‘ciencia de los intereses’ morales y materiales”. 

Ahora que el Presidente Medina propone que la política de su gobierno debe procurar la felicidad de los más pobres y no sólo el crecimiento o la belleza de las cifras macro-económicas, recordar a López viene como anillo al dedo.

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