Hoy 
Los hombres democráticos que están actuando en la política, como aquellos jóvenes que aspiran a integrarse activamente en ella, deben buscar la ordenación de las ideas políticas, los grados del saber, el uso de la inteligencia y la acción social, tener autenticidad en el pensamiento y la acción, dando primacía al SER sobre el TENER.
El hombre está formado por la cultura anterior de las virtudes intelectuales y morales; el hombre se sostiene a sí mismo mediante la inteligencia y la voluntad, estando el espíritu en la raíz de la personalidad.
Cada persona es parte del Estado, sin embargo, tenemos bienes y valores (materiales y espirituales) que no existen por el Estado, ni para él, pro lo tanto están fuera de su alcance.
El personalismo es diferente a la tesis del individualismo liberal (muy de moda en nuestra sociedad actual), que sólo considera al hombre como un individuo o simple átomo social. La persona es más que el fragmento material del individuo, por su espiritualidad.
El bien común obliga a la redistribución de los bienes sociales para el beneficio de la Persona Humana en su desarrollo integral, con un fundamento de autoridad y una moralidad intrínseca, que es el personal comunitario.
La vida política del hombre democrático debe aspirar al Bien Común, no como la suma de los bienes individuales, sino para mejorar las condiciones y las vidas de la mayoría del pueblo, especialmente los más desposeídos. Qué todos podamos vivir como hombres libres, disfrutar de los bienes de la naturaleza, la cultura, la economía y el espíritu.
La política es un estilo de vida de inspiración personalista, una autoridad que dirige a los hombres libres a la búsqueda del bien común, por medio de la Justicia social.
Sectores del capitalismo, especialmente representantes del neoliberalismo, han expandido la idea de que en los momentos actuales no es necesario exponer las doctrinas, ni las ideologías, solo tratar lo que sea eficaz y vaya en veneficio del capital y el mercado. Esa es una trampa histórica, que los demócratas no deben caer en ella, pues al contrario, ahora más que nunca se necesita la orientación, el contenido y la vivencia militante del compromiso humanista.
El punto de partida para poder unificar los criterios es distinguiendo inicialmente cada uno de los temas, para luego buscar la unidad. La razón analiza las nociones del derecho del deber y de la obligación moral.
La sociedad moderna actual requiere de líderes políticos y sociales que pueden ser coherentes en el pensamiento y la acción, que es: la autenticidad.
La corrupción política es un mal de actualidad, que en muchos casos se produce por la falta de compromiso con el pueblo, en otros casos por falta de la aplicación correcta de la moral en la vida política.
La falta de autenticidad en la política es un mal que debe ser superado, por militares con nueva mentalidad, compromisos con el pueblo, en otros casos por falta de la aplicación correcta de la moral en la vida política.
La acción política corresponde a todos los hombres de buena voluntad, en sus respectivos ambientes, buscando siempre la verdad, sin necesidad de recurrir a engaños políticos, ni a la violencia, sino sobre la base de la verdad.
La política necesita de hombres comprometidos en defender los intereses de los más necesitados, sin sectarismo, ni partidismo que impidan ayudar a todos, sino con visión pluralista, reconociendo los valores de todos los que aportan al bienestar de las mayorías y al respeto de la dignidad humana.
