Para salir de la pobreza, el dominicano se la ha ingeniado de múltiples maneras cuando no quiere caer en el sendero de la delincuencia con todos sus atractivos del tráfico de drogas, asaltos, estafas y un largo etcétera, y en consecuencia o se decide por el sendero cuajado de obstáculos de un negocio lícito, deportes o farándula, o se inclina hacia la carrera política, de múltiples satisfacciones cuando se disfruta del poder.

Nos damos cuenta de cómo la composición social ha ido cambiando, y con ello todas las costumbres y tradiciones, de manera que el país de ahora no es el mismo de la década de los 70 cuando tan solo abundaban las eliminaciones físicas como resultado de los odios, que como residuo, azotaban a la comunidad en todos sus estamentos, resultado de la contienda cívica que en 1965 sacudió al país en sus cimientos conservadores.

Desde ese entonces, y con el contagio de sociedades más desarrolladas y copiando las vidas y costumbres de las mismas como la norteamericana, el núcleo familiar se desmoronó hasta llegar en estos tiempos que más del 60% de los matrimonios terminan en divorcios y la costumbre del siglo XXI es el apareamiento informal con solo el compromiso de las parejas de amarse según su atracción o sus intereses, ni se diga de la nueva costumbre de ver la unión de parejas del mismo sexo y predicando lo maravilloso de esa experiencia.

La sociedad del siglo XXI en general está contaminada y distorsionada, y lo sufren más los países como el nuestro, que sin tener un maquinaria productiva y desarrollista que estimule a muchos sectores a afianzar sus costumbres, se decanta hacia lo más fácil de la vida para buscar la riqueza y vivir bien según lo que se ve en todos los medios de comunicación.

Entonces, cuando hay sectores que no van a caer en el negocio de las drogas ni van a ser delincuentes de toda laya para buscar dinero o estafar de diversas maneras a personas e instituciones, se deciden, y por los resultados que se ven diariamente, sino es por los deportes o la farándula, hacia la actividad política siempre y cuando se esté en las cercanías del poder disfrutando de sus prebendas y jugosos ingresos con el desfalco al erario público de las más diversas maneras.

El pobre muchacho de barrio tiene por dónde escoger para salir de su pobreza, desarrolla sus cualidades innatas deportivas o faranduleras, o se decide por la delincuencia con su amplio abanico de actividades ilícitas o, al ver de cómo su antiguo compañero de escuela o de correrías infantiles se ha vuelto próspero y generoso en su antiguo barrio por haberse dedicado a la política, se arrima a ese sector. De ahí es que vemos de cómo la escasa calidad intelectual de los políticos aflora en cada una de sus intervenciones ya que de por sí se han convertido en figuras públicas desarrollando una atracción por una cámara o un micrófono, ya que por la abundancia de medios electrónicos buscando noticias para poder llenar sus espacios, promueven a esos personajes que nunca dicen nada provechoso, pero los buscadores de noticias se ven recompensados por esos políticos que comienzan a sonar con frecuencia en los medios y hasta se convierten en asiduos habitués a los programas somníferos, gratificando generosamente con recursos obtenidos por las marrullerías de ser político y disfrutar de un cargo donde hay “grasa” para compartir.

La politiquería domina todas las actividades en el país, y debido a esa escasa calidad cívica e intelectual de los políticos, es que se nos hace difícil superar el nivel de subdesarrollo donde estamos sumergidos por el peso de la ignorancia de quienes tienen el poder de decisión y por lo general pretenden engañar al país con una intensa avalancha de propaganda mediática de dimensiones colosales de la falsedad, convenciendo a una gran parte de la masa poblacional de escasa cultura que se desvive por recibir las dádivas de los políticos, que van desde las tarjetas de solidaridad o bono gas hasta los aportes de los barrilitos y cofrecitos de los legisladores, que ya comienzan a buscar los recursos para asegurarse su reelección en mayo del 2016.