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El presidente constitucional de la República, licenciado Danilo Medina Sánchez, remitió al Congreso Nacional, el 28 de septiembre del año en curso, un Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para el año 2019 ascendente a la suma de RD$921,810.6 millones, de los cuales RD$8561.1 millones de pesos estarían destinados al sostenimiento de la Universidad estatal. A principios del mes en curso, las autoridades de la UASD dieron a conocer su proyecto presupuestario para el año 2019 ascendente a la suma de RD$11,886.1 con el quebuscaban hacerle frente al déficit económico que ha enfrentado la universidad estatal durante las últimas décadas.
Frente a la propuesta presupuestaria del Poder Ejecutivo, la reacción de la rectora de la UASD, doctora Emma Polanco Melo, no se hizo esperar. Advirtió que la institución que dirige “corre el riesgo de caer en un colapso sistemático si el gobierno de Danilo Medina no atiende la solicitud de aumentar su presupuesto para el año 2019 a RD$11,886 millones de pesos”. La máxima autoridad de la Universidad estatal dio a conocer al público la información de que en el presente semestre se matricularon en la UASD 26 mil 975 nuevos estudiantes y que para el semestre próximo se espera el ingreso de 32 mil 263 más , es decir, en cuestiones de meses la población estudiantil de la UASD superará con creces los 200 mil estudiantes, a los que no podría atender debido a la falta de medios y de recursos con que hacerlo.
Con respecto al derecho a la educación, el artículo 63 de la Constitución de la República expresa que “que toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”. Y en el tercer párrafo del mismo artículo especifica que “…el Estado garantiza la educación pública gratuita y la declara obligatoria en el nivel inicial, básico y medio. La oferta para el nivel inicial será definida en la ley. La educación superior en el sistema público será financiada por el Estado, garantizando una distribución de los recursos proporcional a la oferta educativa de las regiones, de conformidad con lo que establezca la ley”. Todo esto implica el tener que configurar políticas públicas en materia de educación superior sustentadas en aseveraciones como éstas: Sin educación superior no hay desarrollo posible. Un Estado moderno no puede prescindir de la educación superior so pena de conducir a las naciones a mayores niveles de subdesarrollo. Además, apunta hacia la movilización de políticos responsables y a la apropiada valoración de la educación superior de parte de las comunidades.
Uno de los factores que más ha incidido en el aumento un tanto desproporcionado de la población universitaria ha sido la inversión de un 4% del PBI en educación básica y media sin que aumentaran simultáneamente las inversiones del gobierno en educación superior.
¿Hacia a dónde encaminarán sus pasos los miles de estudiantes que egresarán de los liceos y politécnicos públicos en los próximo años, cuando llegue el momento en que la UASD no pueda acogerlos? Todo esto nos hace a compartir con la rectora de la UASD el temor que ella siente por el futuro inmediato de la más antigua institución de educación superior fundada en el Nuevo Mundo.
Sin un adecuado presupuesto jamás podremos mejorar la pertinencia y calidad de las principales funciones de toda universidad ni ofrecerles a todos y a todas iguales oportunidades través de una educación permanente y sin frontera tal y como está consignado en la Constitución de la República.