La popularidad de los que gobiernan se deteriora

La popularidad de los que gobiernan se deteriora

POR RAIMUNDO TIRADO
Resulta sorprendente cómo se va produciendo el rápido deterioro de la popularidad de los actuales gobernantes, debido a múltiples factores, pero fundamentalmente se destaca su tozudez en llevar una agenda totalmente divorciada de las necesidades vitales del país.

En su afán por continuar su política de los megaproyectos han descuidado la educación, la salud, el empleo, el suministro de energía eléctrica, la construcción de viviendas, y la producción de alimentos, todo lo cual se traduce en una disminución de la calidad de vida de la población.

No obstante las autoridades ufanarse de haber logrado la disminución de la prima del dólar y de mantener su estabilidad por mucho tiempo, los artículos de consumo se han mantenido a precios inasequibles, mientras que los precios de los combustibles siguen subiendo a pesar de que el barril de petróleo ha estado bajando el mercado internacional, haciendo caso omiso a la ley que regula dicho mercado.

Las importaciones de artículos agropecuarios y de consumo masivo se han incrementado para beneficiar a determinados personajes y sectores, restándole fuerza al aparato productivo nacional.

Los organismos internacionales señalan en sus informes cómo la pobreza se incrementa de manera alarmante, a pesar de que las cifras oficiales que ya no merecen ninguna confiabilidad, señalan una gran bonanza económica nacional, que sólo la aprecian los funcionarios y sus relacionados, que se están dando la gran vida, a costa del sufrimiento del pueblo.

A todo lo anterior se agrega que los funcionarios oficiales, empeñados en quedarse en el poder, se mantienen en abierta campaña reeleccionista, descuidando sus funciones públicas, produciendo un deterioro en los diferentes servicios que deben darse a la sociedad dominicana.

Pero, además, produce indignación general, cuando las autoridades se hacen del oído sordo frente al clamor de los diferentes sectores para que se atiendan las más urgentes necesidades del país.

Y cuando finalmente atienden alguna necesidad, lo hacen sin la eficiencia deseada, como es el caso del parque construido en la antigua laguna de la Núñez de Cáceres con Gustavo Mejía Ricart, de cuyas piscinas sale un hedor nauseabundo porque, al parecer allí siguen llegando las aguas negras del sector, lo que denota un gran descuido, más si se toma en cuenta la gran inversión que se hizo en dicho parque.

El INESPRE, que en el pasado gobierno fue una fuente permanente a través de la cual se ofrecía a la población alimentos sanos y baratos, prácticamente fue abandonado por el gobierno de turno, y las informaciones que se reciben se refieren a que sólo se entrega al INESPRE los recursos necesarios para el pago de sueldos a funcionarios y empleados.

La gente comenta por doquier que el circulante de dinero es muy precario, y muchos afirman que en el anterior gobierno que tanto han criticado los peledeístas, hubo abundancia de dinero y se dinamizaron la industria y el comercio, y los dominicanos contaban con más recursos para solventar sus necesidades.

Es por eso que la popularidad oficial se va deteriorando estrepitosamente, a medida que la población va dándose cuenta del discurso demagógico de las autoridades moradas, en contraste con sus ejecutorias que en nada benefician a la población dominicana.

Ahora se entiende también por qué el candidato perredeísta, que no está en campaña abierta todavía, va afincando cada día su simpatía en el seno del pueblo, perfilándose como el próximo Presidente de la República.

El país se equivocó una vez volviendo a votar por los morados, creyendo que la pérdida del poder los había escarmentado, pero ahora ha tomado conciencia de que perro huevero aunque le quemen el hocico sigue comiendo huevos.

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