Salvo casos que de forma inusitada han provocando convulsiones que han puesto en peligro la estabilidad política de alguna nación, regularmente cuando los regímenes garantizan la libertad, el libre ejercicio de los ciudadanos y los partidos, el respeto a la institucionalidad y mantienen abiertas las puertas de la alternabilidad por la vía democrática, esas herramientas se constituyen en los mejores aliados del sistema y los gobiernos contra posibles estallidos sociales.
La esperanza de que las cosas puedan cambiar por un partido de oposición o incluso por otra figura del mismo partido de gobierno, no dejan de ser, en determinados momentos, buenos aliados de los gobiernos que procuran mantener la paz como vía de desarrollo democrático.
Pensar que mediante el retorcimiento de los mecanismos de poder y el acomodamiento de leyes que busquen garantizarle a los grupos insaciables tanto del gobierno como privados, mantenerse en el gobierno con todas sus canonjías más allá del tiempo prudencial, es como creer que todos los hilos son capaces de soportar la fuerza y el peso de cualquier pez en el mar.
A pesar de la propaganda, las cifras que ofrecen las autoridades monetarias, las tarjetitas, los bonos y los discursos oficialistas, nadie puede desconocer que en el país crece la desigualdad y aumenta la preocupación ante el incremento de los precios de todo lo necesario para subsistir, lo que de alguna forma se convierte en inconformidad, y excelente caldo de cultivo para cualquier acción popular
En tal virtud, y a pesar de que los facultos asesores del presidente Fernández que todo lo saben, probablemente no les interese saber lo que opinamos, les sugiero que en este momento lo que deben hacer es crear la ambientación necesaria para que todos los dominicanos, opositores, independientes y oficialistas posiblemente no contentos, vislumbren las posibilidades de cambio, sea de partido o de presidente, sin ninguna espada que en su movimiento pueda crear dudas al respecto.
Las válvulas de escape con que ha contado el gobierno han sido sus llamados a diálogos y concertación, pero lamentablemente, no solo abusaron en su uso, sino que no les dieron cumplimiento a la mayoría de los acuerdos, quedando ante la población el sabor amargo de las respuestas y promesas incumplidas.
Ante el incumplimiento, falta de empleo, aumento de todo y poco dinero, la presión irá aumentando, por lo que deben buscar otras válvulas que no sean las que utilizaron antes, sino haciéndole frente a la situación de descontento generalizado y hacer uso de una importante válvula a disposición del Presidente, que es la señal de la posibilidad del cambio, mostrando ante el país que va a respetar sus acuerdos y sus compromisos.
En el país no hay volcanes para temerle a una erupción, pero ante el abandono, la cantidad de malezas y una sequía prolongada, hay que evitar que cualquier fósforo pueda provocar un incendio.