La posición de los evangélicos sobre lo que aprobaron los diputados

La posición de los evangélicos sobre lo que aprobaron los diputados

Fidel Lorenzo Merán, presidente del CODUE.Foto HOY/Pablo Matos.

La Cámara de Diputados acogió ayer las observaciones del Poder Ejecutivo al Código Penal para despenalizar la interrupción del embarazo en circunstancias excepcionales: cuando peligra la vida de la madre, cuando el embarazo es fruto de violación o incesto o cuando el feto tiene malformaciones incompatibles con la vida.

La decisión de la Cámara baja ha generado una ola de reacciones a favor y en contra. En un comunicado firmado por sus principales líderes, las iglesias evangélicas del país fijaron su posición en relación al tema.

Aquí los planteamientos de las iglesias evangélicas sobre lo que aprobaron los diputados:

1.   En primer lugar, celebramos que en el día de ayer la Cámara de Diputados no haya acogido en el texto finalmente aprobado del Código Penal, como hipótesis de inimputabilidad, el llamado “aborto terapéutico”  en la forma abierta y genérica en que fue propuesto y era impulsado por ciertos sectores. 

El texto aprobado sobre este tema, en la parte capital del artículo 110 del Código Penal, tiene el acierto de que no privilegia ni valora una vida por encima de otra, sino que reconoce, como manda la Constitución, igualdad en dignidad tanto de la vida de la madre, como la de la criatura por nacer, al  exigir como requisito para eximir de responsabilidad penal, que se haya intentado hasta el extremo salvar ambas vidas.

El texto aprobado en el día de ayer no autoriza, como procuraban algunos, la destrucción directa del feto en los casos de riesgos de la vida de la madre, sino que pone a cargo de los médicos una clara obligación de diligencia en procura de la preservación de ambas vidas.

El texto reconoce, que no siempre es posible obtener ese resultado deseado de salvar ambas vidas, pero se ocupa de que en esos casos, antes de cualquier resultado adverso se hayan puesto en práctica todos los medios científicos  y técnicos disponibles, hasta donde sea humanamente posible, para lograr ese objetivo.

El texto aprobado solo exime de responsabilidad penal, en aquellos casos en que haya intervenido personal médico especializado, lo que descarta dejar el resultado a la libre preferencia y discrecionalidad de los actores involucrados, si bien su opinión es siempre ponderable.  También obliga (para caracterizar la inimputabilidad) que el evento haya ocurrido en establecimientos médicos formales lo que estimula la transparencia en el manejo de esos casos.  

En fin, en lo que respecta a este aspecto del problema, el texto aprobado ha reconocido y acogido nuestra propuesta de limitar la despenalización al “aborto indirecto” y no ha acogido el llamado “aborto terapéutico” en la forma abierta y genérica en que había sido originalmente propuesto.

2.   En otro orden, aplaudimos las declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados al admitir que cualquier solución en lo relacionado al párrafo del citado artículo 110, donde se plantea la posibilidad de despenalizar en casos de violación, o incesto, o en caso de malformaciones del embrión incompatibles con la vida, debe el Congreso Nacional observar la protección a la dignidad de la vida tanto de la madre como del no nacido y producir un texto en consonancia con el Artículo 37 de la Constitución de la República Dominicana que protege la vida humana desde su concepción.

En el caso de que se presente una ley en tal sentido, asumimos el público compromiso de continuar luchando, con valor renovado, por la vida de los más débiles que no tienen voz propia para defenderse, impulsados por nuestra convicción de que sus vidas tienen el mismo valor y dignidad que cualquier otra, independientemente de sus limitaciones físicas, o del trágico evento que les ha dado origen.

Finalmente, pedimos al pueblo de Dios orar sin cesar por esta causa, para que Dios traiga unidad a la nación, sabiduría y discernimiento a las autoridades de la nación, por quienes continuamos orando de manera conjunta como pueblo de Dios.

El texto fue firmado por el reverendo Fidel Lorenzo Merán, presidente Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue); pastor Raffy Paz, de la Mesa de Diálogo y Representación Cristiana y la Iglesia Cristiana Palabra de Vida; pastor Rafael Montalvo, de la Confraternidad Evangélica Dominicana (CONEDO); pastor Elvis Samuel Medina, Obispo Iglesia de Dios; pastor Héctor Santana, de la Iglesia Bautista del Nuevo Pacto y la Iglesia Bíblica de San Cristóbal; pastor Tomás Martínez, de la Iglesia Cristiana Oasis; pastor Sugel Yamil Michelen Stefan, de la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo; pastor Otto Sánchez, de la Convención Bautista Dominicana y el Seminario Teológico Bautista Ozama; y el pastor Atilio León, de la Iglesia Evangélica Bautista Cristiana.

Además, por el pastor José Agüero, de la Iglesia Bautista Fundamental y presidente Misión Evangelizadora Bautista Independiente; pastor José Mallén, de las Iglesias Convertidas a Cristo; el doctor Miguel Núñez, de Ministerios Integridad y Sabiduría; José Antonio Flaquer, del Grupo Acción Cristiana RD; el doctor Alejandro Ramírez, de la Red de Abogados Cristianos de la República Dominicana; el reverendo Nercido Borg, superintendente general Concilio Evangélico de las Asambleas de Dios; Lorenzo Mota King, director ejecutivo Servicio Social de Iglesias Dominicanas (SSID); obispo Vladimir Moore, de la Iglesia Unidad por el Pacto de Cristo; y el pastor Dio Astacio, de la Iglesia Encuentro.

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