La pregunta de dos jóvenes activistas

La pregunta de dos jóvenes activistas

El pasado jueves, en un programa radial, dos destacados jóvenes activistas de varias causas y ahora de Marcha Verde, me preguntaron: ¿qué deben hacer los partidos y grupos políticos pequeños para forjar una unidad de cara a las próximas elecciones municipales? La pregunta era evidentemente retórica, con ánimo de insistir en un debate en el cual tienen sus posiciones. Simplemente les interesaba que los oyentes del programa participasen en el mismo escuchando una voz que también participa en el debate sobre el tema de la unidad y sobre la oportunidad que las elecciones municipales ofrecen a toda la oposición para afrontar unitariamente, en lo más que se llegue, una coyuntura política que como presente, es crucial para el futuro inmediato y mediato de la sociedad dominicana.
Estuvimos de acuerdo en que los dos principales elementos que determinan la trascendencia de este tema son los siguientes: primero, las respuestas a las demandas particulares de la población de una localidad es la mejor forma de los partidos y grupos pequeños vincularse de manera efectiva con la población. De la concatenación de las respuestas a esas demandas nace el programa nacional de las referidas colectividades políticas. Ningún programa puede construirse desde una lejana oficina en la capital, dirigida por cuadros políticos bastante desvinculados real y emotivamente de las particularidades locales; los programas nacionales se construyen tejiendo las necesidades locales desde la perspectiva de la realidad de la época: su carácter global.
Segundo, que constituye un error de los partidos y grupos pequeños pensar que puedan tener éxitos electorales compitiendo entre sí y contra los las maquinarias de los partidos grandes; están obligados a llevar candidaturas comunes. Es un infantilismo pensar que los partidos y grupos pequeños tienen el monopolio de la honestidad, también en determinados partidos grandes hay candidatos con solvencia profesional y personal con los cuales es necesario y muchas veces indispensable llegar a acuerdos para lograr que en las instancias locales y/o congresuales lleguen los mejores. En tal sentido, los acuerdos entre fuerzas políticas opositoras labradas en propuestas comunes y a llevarse a efectos por personas concretas puede ser la base para una unidad de mayor calado.
Para eso es necesario hacer un mapa de actores políticos en los niveles locales y nacionales, reconociendo que, analíticamente, las colectividades políticas son más que sus dirigentes, que sus posiciones y resultados de sus acciones actuales y pasadas; son realidades sociológicas, políticas, culturales y hasta históricas que en este caso no se pueden soslayar. Sin olvidar sus significados, sobre la base de un análisis de la realidad es que objetivamente pueden construirse propuestas unitarias para las elecciones municipales y congresuales con posibilidad de galvanizar una alianza de carácter nacional en la que la incidencia de los grupos y partidos pequeños pueden ser determinantes para que las nuevas mayorías que puedan surgir de las próximas elecciones no sea simplemente de nuevas caras, sino de un potencial de cambio.
La forma en que las diversas componentes de la oposición afronten las elecciones municipales de febrero de 2020, será determinante para el futuro de cada una de ellas y para los resultados de las congresuales y presidenciales de mayo.

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