La presa de Las Dos Bocas

La presa de Las Dos Bocas

El pasado lunes 7, el gobierno dominicano inauguró en la provincia de San Juan en la comunidad de Vallejuelo, un proyecto hidráulico para riego construido para irrigar unas 35 mil tareas y otras obras complementarias que se convertirán en un impacto para el desarrollo de la zona sur de la provincia.
Con el nombre de Las Dos Bocas se conocía un proyecto concebido en la confluencia de los ríos Artibonito y Macasías, en Elías Piña, para servir de irrigación y generación eléctrica en esa provincia sureña. También para la regulación de ese gran caudal para preservar la vida útil de la presa de Peligro que en Haití es vital para su exigua agricultura y la generación eléctrica. Por razones obvias dicho proyecto no ha sido bien visto por el gobierno haitiano, ni mucho menos por sus técnicos. Es un proyecto que para el país es vital para el desarrollo agrícola de esa pobre provincia sureña.
El río Artibonito es un río internacional que los dominicanos lo miran con temor, y junto con sus afluentes, no se han aprovechado para evitar los gritos de protestas del vecino país. Y esos gritos irían en el orden de que los dominicanos les estamos robando su agua. Por tanto es un proyecto que permanece relegado en espera de una mayor madurez y conveniencias políticas de ambos estados.
Pero ahora, desde el pasado lunes 7, ya la zona sur de San Juan tiene su pequeña presa de Las Dos Bocas, que en una menor escala represa un caudal mínimo del río Vallejuelo. Tiene un pequeño almacenamiento de 1,5 millones metros cúbicos de agua y permite el riego por bombeo de unas 34,900 tareas dedicadas a la siembra del maíz.
El proyecto de La Dos Bocas tuvo un período de gestación y materialización no muy largo. Por sus características, las empresas locales elegidas directamente para su construcción pudieron iniciar un proceso que bien no se habían apagado el ruido de las perforadoras para realizar los estudios de suelos ya se había iniciado el movimiento de tierra. Y era que la premura de los lugareños de Vallejuelo reclamaban con ardor el proyecto. Este había sido objeto de ardientes reclamos por los campesinos en las frecuentes visitas sorpresas del presidente Medina a la provincia de San Juan. Iniciado el proyecto bajo la dirección de la EGEHID, el presidente Medina no desperdiciaba ocasión, si andaba por esos lares, para ir a ver la marcha del proyecto que fue construido en menos de dos años.
El proyecto Las Dos Bocas forma parte de un proyecto mucho más ambicioso de varios miles de pesos que contempla hasta la construcción de un contraembalse para la presa de Sabaneta. De esa manera se garantizaría el agua de riego que demanda el valle atrapado entre las lomas sur de Vallejuelo y las de la Cordillera Central hasta la planicie de Las Matas de Farfán. Si el proyecto continúa su buena marcha y más contando con el entusiasmo del presidente Medina, para el 2020 estará muy avanzado. Las angustias del agricultor sanjuanero serán cosas del pasado. Tan solo se acordarán cuando el canal temporero José Joaquín Puello llevaba precariamente las aguas de la presa de Sabaneta, construida en uno de los gobiernos del doctor Balaguer.
Con el canal temporero hubo un renacer de la agricultura y hasta algunos teóricos de los medios hablaron de sembrar habichuelas negras para vendérselas a Venezuela bajo el acuerdo petrolero de San José. Afortunadamente esa locura agrícola no prosperó y ahora el valle de San Juan recupera su producción, que estará incrementada con la inyección del moderno sistema de riego fruto del proyecto de Las Dos Bocas. Este con los invernaderos, sistema de electricidad con riego por bombeo, paneles solares y además se impulsaría el agua del embalse a tierras altas al tiempo que se instalan estanques para el criadero de peces en el embalse.
Vallejuelo siempre fue una zona de alta producción agrícola pero ahora verá incrementar su productividad con ese moderno sistema de riego. Ojalá que la capacidad de los responsables no sea superada por la modernidad del sistema. Es para evitar un tremendo desaliento cuando la falta de preparación, mantenimiento y de conocimientos contribuya a la destrucción de un sistema que debe ser modelo, no solo de San Juan, sino para el país.

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