No se trata de presentar un programa por presentarlo y así llenar un requisito o responder a las peticiones de diversos sectores de la vida del país. En el caso del PLD, ya hemos demostrado que cuando asumimos un compromiso programático todo el esfuerzo de nuestro partido se orienta en la dirección de trabajar desde el gobierno con mira a cumplir lo que son nuestras propuestas.

En 1996, el PLD se comprometió a ejecutar desde el gobierno un programa de gobierno que se cimentó en cuatro pilares fundamentales. Asumimos un compromiso con la estabilidad y dijimos que trabajaríamos para lograr que en cuatrienio 1996 2000 la inflación no superara los dos dígitos y lo logramos. La tasa de inflación promedio anual durante la gestión peledeista que encabezó Leonel Fernández fue 6.5%.

Asumimos el compromiso de lograr crecimiento económico de un 6% anual y superamos ese compromiso ya que durante el cuatrienio la economía creció anualmente cerca de un 8%. La República Dominicana se convirtió en un ejemplo para todos los países de América Latina y el Caribe.

También asumimos el compromiso de destinar más recursos al gasto social y establecimos que al terminar el periodo el gasto social debería representar al menos el 8% del PIB. Logramos llegar al 7.8% del PIB en un contexto en que no fue posible propiciar una reforma tributaria por la oposición sistemática del PRD. Sin embargo, la sensibilidad del gobierno en esta área quedó evidenciada desde el primer momento con el mejoramiento sustancial de los salarios de todos los servidores públicos y la dotación de mayores recursos económicos para la educación y la salud.

El cuarto pilar fue el compromiso con la reforma. Es en el gobierno de Leonel Fernández que se pone en vigencia la reforma de la justicia, reforma que fue el producto del Pacto por la Democracia, una iniciativa del PLD en la cual Leonel Fernández jugó un papel estelar. Pero no solo esa reforma, también se propició la reforma de las empresas públicas que el actual gobierno ha hecho fracasar en gran medida, entre otras reformas. Puede afirmarse que es al gobierno de Leonel Fernández que le corresponde el mérito de haber creado una conciencia a favor de las reformas.

En definitiva, el primer gobierno peledeista asumió un programa de gobierno, trabajó en función de los compromisos asumidos y logró en sentido amplio excelentes resultados. Por eso es que podemos afirmar que tenemos la autoridad moral y política para decir que el nuevo gobierno del PLD, que se inaugurará el próximo 16 de agosto tendrá como su agenda de trabajo diario desarrollar las estrategias que para cada área del accionar estatal se describen en el programa que recientemente ha sido presentado a todos los dominicanos.

Tal y como se señala en la introducción del programa, el país pasa en la actualidad por uno de los momentos mas difíciles en su historia como nación independiente, en marcado contraste con la envidiable situación en que se hallaba en la ultima década del siglo pasado, en la que consiguió colocarse entre los países latinoamericanos de mayor crecimiento económico.

El actual periodo gubernamental ha significado un gran retroceso para el país tanto en términos económicos, sociales y políticos. Por lo tanto, los desafíos que nuestro país enfrentará en el próximo periodo presidencial son excepcionales en muchos aspectos. Se ha perdido la estabilidad y por primera vez en los últimos 13 años la economía ha decrecido. El aparato productivo dominicano ha sido severamente castigado y se ha producido un retroceso evidente en los niveles de pobreza y de desigualdad.

Por eso, hoy estamos enfrentados a nuevos desafíos. El país necesita recuperar la estabilidad y reiniciar el crecimiento; el país necesita consolidar la gobernabilidad democrática mediante el fortalecimiento de las instituciones básicas del régimen republicano; el país necesita mejorar la competitividad de la economía dominicana en el plano nacional e internacional y; el país necesita lograr un mayor nivel de equidad social para la sociedad dominicana.

Para enfrentar los desafíos señalados, el país necesita un gobierno que se preocupe por lo que es el interés general del país, que no ponga la política al servicio de los intereses personales, partidarios o grupales, que respete el valor de lo público, que respete los ciudadanos, en fin un gobierno que genere confianza.

Para enfrentar los desafíos señalados, el país necesita un gobierno integrados por personas que tengan escrúpulos éticos. El país necesita un presidente que no se la pase insultando a todo el mundo con palabras soeces. El país necesita en la presidencia un hombre que no degrade la figura presidencial; el país necesita un presidente que no avergüence a los dominicanos. En definitiva, el país necesita de nuevo a Leonel Fernández en la presidencia de la República.