Fuera de duda: reúne condiciones para constituir prioridad el ensanchar la capacidad de retener en represas el líquido esencial para consumos humanos, irrigación y generación de electricidad estando ya República Dominicana en el umbral de las peores consecuencias del cambio climático. Con una naturaleza enfilada a modificar el régimen de lluvias con comportamientos cíclicos de abundancia y sequía en extremos y el que apenas un 9% de las precipitaciones anuales esté siendo aprovechado para nutrir embalses, medición del sector hidráulico que, a confesión de parte… delata una omisión institucional y de planificación, sabiéndose lo que vendría y habría de pesar casi inmediatamente. El ambicioso, y perentoriamente requerido proyecto múltiple de Monte Grande, llamado a prodigar agua a un amplio Sur agrícola y sediento ha caminado de tropiezo en tropiezo, como si se desconociera su importancia. Aunque ahora parece acercarse a su conclusión, no va a dejar de ser un símbolo de imprevisión y de desprecio al pasado de una ingeniería hidráulica consecuente con la realidad.
Puede leer: Deudas con el Gran Santo Domingo de súper crecimiento
Cabe reconocer como acierto presente que se contemple impulsar la construcción de dos presas en el marco de alianzas público-privadas orientando hacia prioridades de la nación significativas inversiones de lucro empresarial que tendrían garantizada su tasa de retorno. No es un cuento que entes productivos particulares pueden coincidir con metas sociales siendo responsables, lógicamente, de casi todo el PBI.