La presidente Hillary Clinton y Santo Domingo

La presidente Hillary Clinton y Santo Domingo

Acabo de pasar dos meses en Estados Unidos, visitando Washington y New York, conversando con políticos, académicos y empresarios y he llegado a dos conclusiones sobre el próximo gobierno norteamericano y sus relaciones con la República Dominicana.
1. Hillary Clinton será presidente y, si su partido logra controlar el Senado, podrá ejecutar una importante reforma social.
2. Hillary Clinton no tendrá interés en una política activa en el Caribe.
Con un equipo humano en su cancillería que ya trabajó con ella allí, concentrará su política externa en la lucha contra el terrorismo y en las relaciones con Medio Oriente, China y la Rusia de Putin. Consecuentemente, tendrá poco interés en nuestro hemisferio. No tratará de hacer mucho con relación a Cuba, considerando ese expediente como heredado de Obama. Peña Nieto invitó a Trump a México, por lo que Hillary Clinton lo tratará fríamente.
Estará muy a la defensiva en cuanto a Haití, ya que durante la actual campaña electoral se criticó la vinculación de su persona como canciller, y también como ejecutiva de la Fundación Clinton, con un acaudalado empresario surcoreano, a quien convenció para que estableciera una planta textil en la zona franca de Caracol, a unos 40 kilómetros al oeste de Dajabón. Además, su hermano fue miembro del Consejo de Administración de la compañía norteamericana VC Mining, la cual, en diciembre del 2012 obtuvo una concesión para explorar oro en Haití, cuando hacía cincuenta años que ese país no concedía ese tipo de permisos.
Desde que su esposo salió de la presidencia hace 15 años, los Clinton han pasado las navidades en Punta Cana, pero no podrán seguir haciéndolo, ya que es tradicional que los presidentes norteamericanos las pasen dentro de Estados Unidos, ya sea en la misma Casa Blanca (los Reagan y los Clinton, excepto la vez en que estos últimos estuvieron con soldados en Sarajevo), en Texas y Camp David (los dos Bush) o Hawái (los Obama).
Hillary Clinton no tendrá ningún interés en auspiciar una modificación del DR-CAFTA, en caso de que los centroamericanos y los dominicanos se lo soliciten, buscando evitar que entre en vigencia el programa de desgravación arancelaria para arroz, frijoles, pollos, carnes, etc., firmado por Hipólito Mejía y ratificado por el Congreso dominicano de entonces. El ambiente, tanto entre demócratas como republicanos, es contrario a nuevos acuerdos de libre comercio y Hillary Clinton no solo votó contra el DR-CAFTA sino que actualmente se opone al Acuerdo Transpacífico y se opondría a cualquier modificación a los acuerdos de libre comercio ya firmados. Por algo el embajador Brewster declaró recientemente a Alicia Ortega que al DR-CAFTA no se lo debe de ver “hacia atrás”, sino hacia adelante. México no tiene ya interés en modificar el NAFTA, ya que su producción de maíz, que antes del NAFTA era de 17 millones de toneladas, ahora supera los 50 millones, aunque sí se mantiene un problema social, pues ese aumento de la producción ha sido en fincas eficientes y a expensas de los pequeños cultivadores, cuya producción se ha reducido.
Cinco Estados, incluyendo California, decidirán en noviembre si también legalizan la marihuana. Si aceptan, se unirían a los tres que ya lo han hecho. De suceder, sería muy difícil para el Congreso y las agencias federales seguir combatiendo la marihuana. Ya el gobierno de Jamaica contempla legalizar algo tan cercano a su folklore y el Presidente de Colombia decidió no seguir echando pesticidas en los campos de coca. La respuesta del Presidente Medina al embajador Brewster sobre la intercepción en el Caribe y la falta de control de la demanda en Norteamérica es un reflejo de una cada vez más creciente actitud regional, que crecería si más Estados norteamericanos legalizan la marihuana.
Es costumbre que los embajadores norteamericanos renuncien colectivamente al asumir el poder un nuevo gobierno. Eso hará el actual embajador norteamericano en Santo Domingo. Además, ya lleva los tradicionales tres años en el cargo.
Desde 1997 los embajadores en nuestro país no han sido de carrera, sino amigos del presidente, como Brewster lo es de Obama, ya que somos un destino “placentero”. Hillary Clinton nombrará a un amigo o amiga suyo para representar su gobierno en Santo Domingo.

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