Con especial dedicación al amigo Dr. Hugo Tolentino Dipp.
Hace unos días nos encontramos con el amigo Hugo Tolentino, quien nos felicitó por nuestros trabajos sobre las enfermedades infecciosas y, a seguidas, nos solicitó trabajar el mismo tema, pero focalizado en la prevención de estas enfermedades en las personas entradas en edad.
Como lo prometido es deuda, aquí está el artículo.
Lo primero que el adulto debe conocer es que las vacunas no son exclusivas para los niños. Actualmente, la Organización Panamericana de la Salud divulga el mensaje de la vacunación para la familia, que lo mismo estriba en que cada vez más la edad de las personas es más prolongada y todos queremos llegar al máximo de nuestras vidas con buena salud.
En consecuencia, el adulto debe evitar, ante todo, las enfermedades cuya prevención pueda lograrse a través de las vacunas. La neumonía neumocócica es la enfermedad que más afecta a los envejecientes y la que los lleva, principalmente, a la muerte. La vacuna conjugada contra el neumococo, -Prevenar 13- en una sola dosis a partir de los 50 años de edad y reforzada dos meses más tarde con una dosis de la vacuna de polisacáridos -Pneumo 23- es la solución para prevenir esta enfermedad.
Cada año en el mes de octubre las personas por arriba de los seis meses de edad, pero principalmente los mayores de 50 años, deben aplicarse la vacuna contra la influenza estacional. La gripe, como también se conoce la influenza, es más frecuente en los meses de invierno y cuando afecta a los envejecientes se complica con neumonía que causa la mayoría de los internamientos y pueden morir por esta causa que hoy se previene con una simple vacuna. Actualmente esta vacuna antiviral contiene dentro de su composición el A H1N1 además de las cepas que más han circulado ese año del grupo A y del grupo B. En los adultos sólo se aplica una dosis anual.
Si los envejecientes están en hogares alternativos con otros envejecientes, hay que aplicarles la vacuna conjugada cuatrivalente contra el meningococo en una sola dosis.
La vacuna conjugada contra el meningococo es necesaria únicamente en aquellos envejecientes que viven en hogares sustitutos con otros envejecientes. Esta vacuna se recomienda, además, a los jóvenes que van a campamentos con dormida y a soldados que en ambos casos pernoctan en dormitorios comunes al igual que los envejecientes.
Vacunarse con la DPaT es también muy necesario. Si en su historial ya había sido vacunado, debe hacerlo nuevamente con una dosis contra la difteria, la tosferina acelular y contra el tétanos. En la medida que se va entrando en edad, la memoria inmunológica contra estas enfermedades se va perdiendo y es necesario reforzarla con las estas vacunas. La tosferina en los envejecientes conlleva a neumonía y muerte. Además, los adultos deben vacunarse contra la tosferina aceluar para evitar la tosferina en los niños. De ahí su importancia, además del tétanos y la difteria.
Existen otras recomendaciones para la prevención de enfermedades infecciosas en los adultos, como a continuación enunciaremos: las gastrointestinales, sobre todo la diarrea aguda. Ésta se evita ingiriendo agua purificada y evitando, en lo posible, tomar refrescos callejeros al igual que alimentos de dudosa condición higiénica. La diarrea es causa de muerte en los envejecientes por la deshidratación que los afectan.
Evitar las infecciones respiratorias de cualquier origen infeccioso evitando lugares con aglomeraciones. Y es que existen riesgos de contagio en caso de que una o varias personas, a través de la tos, expulsen gérmenes microscópicos pero muy dañinos como el bacilo tuberculoso.
Esperamos sirvan estas recomendaciones para la prevención de estas enfermedades.