La primera jornada Cibeles

La primera jornada Cibeles

MADRID, EFE.- Cinturas altas, vestidos globo, abrigos rectos y sin cortes, largos como mínimo sobre la rodilla, tejidos ligeros y naturales y colores como el blanco y el crudo para una mujer muy femenina son las tendencias presentadas en la pasarela Cibeles, que cada diseñador llevó a su estilo, fieles a sí mismos.

Los desfiles de Cibeles para la próxima primavera-verano comenzaron ayer con un cambio de ubicación (esta vez en el popular Parque del Retiro de Madrid) y en medio de la polémica sobre la exigencia a las modelos de un índice de masa corporal de al menos 18 y a los estilistas de que el aspecto de éstas sea saludable.

Con un desfile destinado en gran medida a quinceañeras, María Freire, la mujer de Antonio Pernas y responsable del diseño de la firma, se despidió ante prácticamente la totalidad de los miembros de la Asociación de Creadores de Moda y de otros modistos, que acudieron al pase con el que se inauguró Cibeles.

Con la mirada puesta en los sesenta de Jane Birkin, Francoise Hardí o Catherine Deneuve, se inspiró en los emblemáticos modelos y líneas de Elio Berhanyer y en los plásticos de Courréges, y todo ello muy pequeño: las faldas, los shorts, los vestidos, las chaquetas. En la paleta, dominio del amarillo.

Opuesto totalmente fue el sobrio desfile de Lemoniez, un diseñador cada vez más maduro que insiste en las líneas de su trayectoria en una colección en la que acertó con las prendas realizadas con un entrelazado de hojas negras de guipoure.

Desde estrictos sastre de grueso lino, en marrones o pata de gallo, hasta transparentes y ligeras blusas pasando por vestidos tipo saco, la elegancia de Lemoniez gustó en Cibeles. Buscando siempre la espectacularidad tanto en montajes como diseños, Francis Montesinos homenajeó a su Valencia natal.

Elegante, femenina, sencilla y delicada son adjetivos que definen la colección con la que Angel Shlesser.

El arte contemporáneo está presente en las creaciones de Agatha Ruiz de la Prada, quien rindió homenaje a Nicky de Saint Phalle con vestidos multicolores y originales estampados de espirales y formas geométricas.

Siluetas que huyen del cuerpo por la parte de abajo, mangas caídas, amplías y rectas, faldas envolventes y, sobre todo, mucho vestido acompañado de leggins.

La novia se viste en dorado metalizado en una colección en la que estuvieron presentes los iconos de la diseñadora, pero muy suavizados en una colección en la que hay muchas creaciones masculinas y en la que la noche se vuelve sofisticada.

La reivindicación de los colores de la bandera de España en ropa y accesorios, la inspiración en creaciones arquitectónicas de Santiago Calatrava y el lujo del sport son los “leit motiv” que han llevado a Elio Berhanyer a crear un colección caracterizada por la riqueza y la perfección en su buen hacer. En la línea sport se deja influir por líneas arquitectónicas, con chaquetas y vestidos confeccionados en telas al bies que se encajan con pequeñas líneas blancas o negras.

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