La primera Navidad sin un ser querido

La primera Navidad sin un ser querido

La Navidad es una época de celebración, de encuentros familiares, de acercamiento con amigos. Es una época de muchas emociones encontradas, donde generalmente pasamos balance al año que finaliza con sus aciertos y sus fracasos y damos la bienvenida a uno nuevo. Muchas personas en esta época de alguna manera conectan con aquellos temas no resueltos en sus vidas, como pueden ser pérdidas y duelos y sin querer pueden terminar con una nostalgia o depresión navideña que les impide disfrutar la Navidad plenamente e incluso pueden llegar a odiarla.

Para muchos es también una época de mucho dolor, tristeza y llanto, pues ya no estará un ser querido con nosotros en Navidad. Se inicia entonces para estas personas un proceso de duelo que pasará por múltiples fases y que finalmente terminará con la aceptación de la perdida. Siendo esto un proceso largo y complejo. Hay que entender que al igual que cada persona es diferente, cada duelo es diferente y único.
“Tras el fallecimiento de un ser querido, todos tenemos que volver a vivir sin esa persona, reubicando su recuerdo y continuando con nuestras vidas. Como es normal, las primeras veces que nos enfrentamos a esas situaciones son más dolorosas y complicadas que las segundas y terceras, pero en fechas como la Navidad, siempre vendrán recuerdos más intensos y dolorosos”, señala la psicóloga familiar y de pareja Indhira de la Cruz.
Para enfrentar ese momento de tristeza que llega en algunas personas cuando debe ve llegar esta fecha sin la compañía de quien siempre estuvo a su lado, la especialista recomienda aceptar y abrazar la nostalgia que se asoma y darse el permiso para sentirla por un tiempo determinado. No negarla, sino darse el permiso de vivirla, sacarla y expresarla.
Para manejar ese duelo “debemos contar con una buena red social de apoyo formada por familiares y amigos que nos sostenga en este momento”.
Otro de los consejos es evitar lugares, personas y objetos que puedan conectar al doliente con recuerdos dolorosos. También ayuda hacer ejercicios y llevar una dieta balanceada y saludable; hacer actividades que le generen placer; evitar la ingesta de alcohol y drogas y conversar sobre la pérdida, siempre que aparezca la necesidad.
“Finalmente, tenemos que recordar que lo más importante es la actitud con que enfrentamos nuestro proceso de duelo, permitiéndonos vivir las fases de una manera natural, para que podamos integrar y aceptar la perdida en nuestras vidas y así reiniciar luego un nuevo proyecto de vida plenos y felices”, aconseja De la Cruz.

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