CONSTANZA.- La agricultura del valle de Constanza registra avances técnicos muy significativos en cultivos como la papa, zanahoria, repollo y flores, como resultado de la aplicación de una tecnología moderna y la voluntad de los productores por mejorar su eficiencia productiva.

Sin embargo, cultivos como el ajo tienen problemas de rendimiento por la calidad de su semilla, mientras los agricultores enfrentan el reto de la programación de sus siembras, para evitar la sobreproducción en sus cultivos que deprime los precios de los productos en el mercado local.

No obstante, cultivos como la papa y la zanahoria, de los cuales se siembra anualmente un promedio de 26,500 y 8,500 tareas respectivamente, en este valle, registran incrementos en su producción y de calidad verdaderamente extraordinarios, fruto de estas innovaciones tecnológicas, comparados con los que obtienen los agricultores de estos mismos cultivos que no aplican las nuevas tecnologías.

Tecnología de los invernaderos

Aunque todavía hay un gran número de productores que no han accedido a la mayoría de las innovaciones tecnológicas, los señores Rafael Gómez, Enrique Durán y Vinicio Victoriano, quienes tienen cada uno un invernadero en producción, muestran aumentos que van desde un 250% hasta un 300% en cultivos tales como el tomate de mesa, tomate cherry y ajíes morrones, cuya producción de primera calidad se vende mediante contrato para la exportación, incluso, antes de comenzar la siembra.

El señor José Herrera, un productor de ajo con muchos años de experiencia, relata que después que empezó a aplicar avances tecnológicos, tales como el sistema de fertirrigación computarizado por goteo, ha logrado aumentar los rendimientos del cultivo de 9 a 18 quintales por tarea en promedio, lo cual ha ido acompañado de una mejora sustancial en la calidad del bulbo, una disminución de hasta un 35% en el costo de producción y un ahorro en agua de hasta un 60%.

Papa

En el cultivo de la papa, la siembra de semilla certificada, el uso del sistema de fertirrigación por goteo y mecanización a la hora de la cosecha, han permitido que los agricultores alcancen rendimientos promedios de 36 quintales por tarea, con un tubérculo de excelente calidad, contrario a aquellos productores que utilizan las técnicas tradicionales, cuyo promedio ronda los 18 quintales por tarea.

Estos avances tecnológicos fueron dados a conocer en la “Ruta de los Vegetales, Hortalizas y Flores”, organizada por el Comité de Ecoturismo de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD).

Esta actividad es realizada para promover, proyectar y revalorizar la agricultura del valle de Constanza, donde es evidente el esfuerzo que hacen los agricultores, en procura de mejorar su competitividad para competir en el proceso de globalización y apertura de los mercados, produciendo alimentos de alta calidad, saludables y evitando daños al medio ambiente y los recursos naturales.

En la actividad participaron agroexportadores, agentes de comercialización en la Bolsa Agroempresarial, suplidores de tecnología, insumos y servicios, touroperadores, periodistas, diplomáticos, agregados comerciales y representantes de organismos de cooperación, nacionales y extranjeros.

El valle

En el valle de Constanza, con una elevación de aproximadamente 1,150 metros sobre el nivel del mar, hay una agricultura intensiva en tecnología, mano de obra y capital, con una superficie agrícola de 29,000 tareas fundamentalmente cultivada de vegetales, hortalizas, flores y otros, cuyo ciclo de producción oscila de dos a seis meses, los cuales se destinan principalmente a abastecer el mercado local. Aquí la agricultura representa la base de la economía, sirviendo de sostén para una población que ronda los 65,000 habitantes, la cual cada día crece, no solamente por efecto del aumento natural, sino también de gente atraída por la posibilidad de hacer negocios en esta misma actividad, la agroindustria, turismo, banca, comercio y otras áreas.

La agricultura de este valle ha experimentado avances significativos durante los últimos años, tanto en el aspecto productivo, expresado en mejoras sustanciales en el material genético que se siembra, como en la aplicación de sistemas de riego por goteo computarizado y de medidas de manejo integrado de plagas y enfermedades, lo que se ha traducido en una reducción en el uso de agroquímicos. Estos avances se observan en el amplio uso que hacen los agricultores de semilla y material de siembra certificado, lo cual se refleja en un aumento en la productividad y calidad de los alimentos, en la rentabilidad de varios de estos cultivos, que utilizan modernas tecnologías como sistemas de riego por goteo, fertirrigación, microaspersores accionados por computadoras.

Cabe destacar el trabajo de creación de conciencia entre los productores, realizado por el Programa Nacional Manejo Integrado de Plagas (MIP) de la Secretaría de Agricultura y la Junta Agroempresarial, el cual ha contribuido a bajar sustancialmente el uso de agroquímicos, lo que se ha traducido en el saneamiento del valle, ayudando a restablecer el equilibrio ecológico y mejorar el medio ambiente.