La producción y la productividad

La producción y la productividad

República Dominicana requiere de un modelo que, si bien cumpla con los compromisos internacionales no para merecer elogios, también lo haga con los suplidores internos; pero un modelo que no privilegie las importaciones de bienes y servicios en detrimento de la producción nacional.

La industria y la producción agropecuaria están hoy por el suelo porque el modelo económico de la presente administración ha privilegiado importaciones regularmente subsidiadas en sus países de origen.

El modelo que requiere República Dominicana tiene que plantearse entre sus objetivos, fundamentalmente, elevar y transparentar el gasto social y las inversiones públicas para cubrir el mayor número de personas.

Un modelo que asuma con carácter prioritario la agenda industrial de la nación y las reformas necesarias para que el sector pueda adaptarse a los retos de los nuevos tiempos. Pero jamás propiciar su liquidación.

Es necesario en ese sentido que se establezcan mecanismos transparentes que permitan un mejor aprovechamiento de los fondos aportados por los nuevos socios del Estado.

El modelo que requiere este país tiene que transformar el sector agropecuario para convertirlo en una de las fases fundamentales para elevar los niveles de desarrollo económico de la nación y reducir la pobreza, porque es un hecho cierto que este país requiere aumentar la producción y la productividad.

Después de la frustratoria experiencia los dominicanos necesitan una política económica que privilegie al individuo y que se fundamente en el trabajo consciente y responsable y no en la retórica embaucadora de incautos.

El licenciado Hatuey Decamps Jiménez ha esbozado el modelo que requieren y necesitan los dominicanos para mejorar sus condiciones de vida.

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