Hace 100 años hubo resistencia en RD a la vacuna contra la viruela
Gracias a mi afición por la historia de mi querida e inolvidable San Pedro de Macorís me he topado, buscando en los libros de actas de su Ayuntamiento, con unos datos que a mi modo de ver no estaría de más darlos a conocer y que ilustran mucho acerca de la resistencia a la vacunación que tradicionalmente ha mostrado una parte de la población dominicana.
Esos datos son de febrero de 1921, mes y año en que se fundó el equipo de béisbol “Escogido”. Este es el escenario: recién estábamos saliendo de los efectos de la pandemia de 1918 conocida también como gripe española. Pero entonces aparecieron muchos casos de sarampión, de fiebre tifoidea y de influenza en varias poblaciones del país. Del vecino Haití se decía que estaba siendo azotado por la viruela y que había que tomar ciertas medidas para evitar que penetrara al país a través de los braceros haitianos. Todo eso llevó a las autoridades sanitarias del invasor Gobierno militar de los Estados Unidos a decidirse por la vacunación obligatoria a toda la población.
En una sesión ordinaria celebrada por la Sala Capitular el 22 octubre de 1920, una correspondencia de la Secretaría de Estado de Interior y Policía avisaba “que por motivo de existir la epidemia de viruela en la vecina Haití se hace necesario la vacunación y que por lo tanto el gobernador militar ordena a los comisarios municipales cooperar con los jefes de Sanidad locales para que todos los habitantes de esta Común sean sometidos al tratamiento de la vacuna a fin de preservarlos contra la viruela”.
Esa misma Secretaría le pidió al Ayuntamiento, que dictara “disposiciones necesarias con el fin de que los haitianos descarriados que con frecuencia caminan por las calles de la ciudad, sean conducidos por las autoridades judiciales ante la autoridad sanitaria más próxima con el fin de ser vacunados, siempre y cuando no presenten señales evidentes de que han sido vacunados recientemente”.
No obstante esta disposición de las autoridades dirigida hacia la vacunación de toda la población, los resultados no fueron del todo como se pensó. Muchas personas se dedicaron a incitar a la población para que no se vacunara. Empezaron a divulgar que en Haití muchos se estaban muriendo luego de ser vacunados; que esas vacunas estaban pasadas o dañadas; que no eran de calidad o que los americanos estaban probándolas tanto en Haití como en República Dominicana. Recordemos que tanto Haití desde 1915 hasta 1934 como República Dominicana desde 1916 hasta 1924 estaban ocupadas y gobernadas por tropas norteamericanas. Muchos nacionalistas no perdieron la oportunidad de participar activamente en esa propaganda anti vacunación.
Eso dio lugar a que la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia se motivara en procurar a cómo contrarrestarla.
En una sesión de la Sala Capitular celebrada el 31 de enero de 1921, una de las correspondencias que se conocieron fue la del Oficial del Cuarto Distrito Sanitario enviando copia de la Circular No. 1444 del 25 de enero de ese año dictada por aquella Secretaría de Estado y de una copia de Ordenanza votada por el ayuntamiento de Moca por medio de la cual se hace propaganda enérgica a favor de la vacunación.
En esa sesión la Sala Capitular resolvió autorizar al síndico “a hacer propaganda por la prensa a fin de estimular al pueblo a que se vacunen”. Otra medida para contrarrestar la campaña anti vacunación fue su Circular 1451 que se conoció en la sesión del 5 de febrero de 1921, dirigida a los oficiales de Sanidad, en la que se daban seguridades “de que las vacunas que se vienen usando han sido analizadas en laboratorio “Etre” y que son buenas, advirtiendo sobre posibles castigos.