La propuesta del rector Castaños Guzmán

La propuesta del rector Castaños Guzmán

El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT) ha venido invirtiendo cuantiosos recursos enviando  estudiantes  dominicanos (plural genérico) a  cursar estudios de  postgrado en universidades extranjeras. Dicha  iniciativa ha sido un éxito. Gracias a su aplicación, la República Dominicana hoy cuenta con decenas de jóvenes profesionales con maestría y doctorado cursados por ellos en prestigiosas universidades extranjeras.

El doctor Julio Amado Castaños Guzmán propone que esos programas de estudios de post grado sean desarrollados aquí. Consideramos atinada su sugerencia porque entendemos que la misma envuelve un reto que tarde o temprano habremos de enfrentar. No obstante, debemos valorar en su justa dimensión la pertinencia de dicha propuesta. Es cierto, como lo afirma el rector de la UNIBE, que, de adoptarse la medida que sugiere, más estudiantes resultarían beneficiados. Pero, ¿disponen nuestras universidades (nos referimos a las mejores, a la UASD y a cinco o seis más) de las estructuras y de infraestructuras necesarias para la realización de estudios de postgrados en áreas hiperbólicas  de saberes y de ciencias? Nos permitimos dudarlo. De todas maneras, saldríamos ganando si desarrollamos aquí los programas de estudios de postgrado para los cuales ya contamos con los recursos necesarios para ofrecerlos. 

Hace casi una década que fue puesto en marcha el Programa del MESCyT de Becas de  Estudios de Postgrado en el Exterior, por lo que ya es tiempo de evaluar sus resultados con miras a seguir formando jóvenes altamente calificados y, sobre todo, para evitar, en lo posible, que la República Dominicana se convierta en un exportador de manos de obra altamente calificadas.

El predominio de los países más desarrollados nos ha impuesto una globalización asimétrica e injusta causante de la crisis que hoy vive el mundo. Puestas en escena están  las enormes diferencias entre los pobres del Sur y los ricos del Norte, dando cuenta del fracaso de las políticas de erradicación del hambre y de la construcción de una paz duradera. 

Para los dominicanos es asunto de vida o muerte  la construcción de un modelo económico integral, justo y sostenible; para lograrlo, debemos contar un sistema de instituciones de educación superior de donde egresen personas de alto nivel científico y tecnológico y, sobre todo, comprometidas con el progreso de la nación.

El bajo promedio de escolaridad, el alto porcentaje de adultos analfabetos, y la muy baja cobertura en los niveles de enseñanza medios y superiores son obstáculos que se interponen en nuestro camino hacia el progreso, colocándonos muy en desventaja en relación con los avances científicos y tecnológicos que experimentan algunos de nuestros vecinos de la América española.   

Sociedad del conocimiento es un concepto referido a un orden posterior al industrial, donde la investigación científica, la comunicación y el desarrollo tecnológico se erigen en factores claves de la producción. Las tecnologías empleadas en dicho orden se derivan de conocimientos científicos, las que son inmediatamente utilizadas en echar adelante nuevos procesos de investigación. Se trata de una espiral de producciones cognoscitivas que generan desarrollos tecnológicos. Esa diabólica maquinaria, bajo el control de los países altamente industrializados, produce cambios acelerados en los sistemas de producción, favoreciendo  a unos pocos y desfavoreciendo a las grandes mayorías. Es así como surgen y desaparecen oficios y profesiones.  ¿A qué se dedican hoy los farmacéuticos que antes preparaban medicinas a la vista de sus clientes? ¿Qué oficio desempeñan los que hace unos años vendían y reparaban máquinas de escribir? ¿Qué decir de los que se ganaban la vida revelando rollos de películas Kodak?

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