VIENA EFE-  El ahorro de energía y la protección del medio ambiente, tan en boga  en los últimos años  chocan este fin de año con la popular tendencia de las cadenas y figuras luminosas en las calles, los mercadillos navideños y hasta en los hogares austríacos.

   En Viena se puede observar estos días la proliferación de nubes de luces, de bolas o pelotas de diversos colores que se iluminan en cuanto va menguando sol de invierno,lo que crea un ambiente propicio al turismo y aumenta la ilusión de los niños.

   Pero a pocas semanas de Navidad, estas decoraciones consumen tanta energía eléctrica como más de 15.000 hogares austríacos en todo el año o más de 9 millones de euros, advirtió la Federación de Ahorro Energético de Alta Austria.

   Las cadenas, los tubos de neón y las cortinas luminosas, al igual que los Papá Noel y renos con narices de luces rojas intermitentes han hallado su camino hasta Europa Central desde Norteamérica y pretenden competir con los Campos Elíseos de París.

Donde los árboles lucen unas guirnaldas que se asemejan a témpanos de hielo.

   Este despliegue constituye todos los años en Austria un gasto de energía de 50 millones de kilovatios/hora.

Los l gasto recaen en  más de la mitad  en los bolsillos de los hogares de consumidores privados.

 Según cálculos de expertos en medio ambiente.

   Pero el gozo de las luces de esta temporada no tiene que ser incompatible con el ahorro de energía, asegura el portavoz de la Federación de Ahorro Energético, Gerhard Dell.

Dell, explica que hay considerables diferencias entre las lámparas que se pueden usar para esta decoración, porque unas gastan un solo vatio y otras, cinco.

   Así se puede reducir el consumo de electricidad hasta en un 80 por ciento al escoger el producto adecuado, señaló el experto  ante la prensa.

Así mismo  llamó la atención sobre la alternativa más eficiente en la actualidad, las cadenas de luces con diodos, que necesitan una parte ínfima de energía en comparación con las actuales.

   El especialista también aconseja el uso de un temporizador que limita la duración del alumbrado a determinadas horas, tras recordar la necesidad de respetar las reglas de seguridad, como la de no usar cables al aire libre, sin protección contra la lluvia y la nieve, ni dejar una ventana medio abierta para dejar colgar el cable hacia el exterior.

   Al mismo tiempo, la Cámara de Economía de Viena apoya la renovación de los alumbrados tradicionales que se pueden ver en 43 calles comerciales de la capital desde hace décadas y ha invertido en 1,8 kilómetros de calles iluminadas un total de 240.000 euros en los últimos tres años.

   Donde hay muchos comercios, se ven las decoraciones más fantasiosas, desde las arañas de cristal de la lujosa avenida del Graben, pasando por las nubes de diodos azules en el entorno de la Ópera Popular, hasta los renos y cometas en la arteria comercial más bulliciosa de Viena; la Mariahilferstrasse.

   Queda por ver el eco que tendrá el llamamiento de varias organizaciones protectoras del medio ambiente a apagar por cinco minutos en defensa del clima las luces simultáneamente en todos los hogares, empresas y municipios el 8 de diciembre a las 20.00 horas de la noche.

   Los protectores del medio ambiente ven en ello una acción de solidaridad con la cumbre sobre el clima que al mismo tiempo tiene lugar a comienzos de diciembre en Bali (Indonesia).

   Un comentarista del diario vienés «Die Presse» formuló, por su parte, sus dudas ante los «tonos estridentes» de quienes amenazan en la prensa sensacionalista con la «catástrofe del clima» y anunció que, en oposición a esta campaña, pretende encender en ese momento todas las luces en su casa.

Otros, prefieren el ahorro de energía y aunque han puestos, lujosas luces navideñas sólo las prenden en las noches.

Lo que no se puede negar es que en las noches de Navidad año tras año Viena se ilumina por completo.