La prudencia en la suerte del PLD

La prudencia en la suerte del PLD

POR ADOLFO MORETA FÉLIZ
Cuando un río se bifurca formando una mesopotamia nunca el caudal de las corrientes son iguales. La correlación de fuerzas y posibilidades entre el licenciado Danilo Medina y el presidente Leonel Fernández por la nominación presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), deben ser analizadas partiendo desde dos interesantes hechos que se inter-relacionan entre sí. Por un lado, está la forma cómo se “masificó” el partido. Y por el otro, cómo se conformaron las estructuras orgánicas durante el crecimiento y quién las controla.

Se sabe que Danilo Medina tiene un sólido liderazgo entre los dirigentes intermedios que presiden los organismos. Pero el hecho de tener el control de las estructuras orgánicas del PLD con selectivas piezas en su dirección, no significa en modo alguno que tenga el favor de la generalidad de los miembros y militantes que están registrados en el padrón. Debemos recordar que la “masificación” del PLD no se hizo sobre la base de su dirigencia intermedia, sino con el caudal de los movimientos periféricos atraídos por el imán Leonel durante la segunda etapa del proceso de construcción del leonelismo.

Aunque los integrantes de los movimientos externos no hacen vida partidaria, la mayoría está en el padrón de la organización. Ese es un factor favorable al presidente Fernández que junto con la “logística” del Estado sirve como contrapeso a los dirigentes intermedios no reeleccionistas. No obstante, los estrategas del proyecto “Danilo ahora es”, expresan con optimismo que ese no es un obstáculo infranqueable. Al parecer, prepararon sus garrochas para saltarla. ¿En la cartelera o en la realidad?

La primera barrera fue superada de manera impecable por Danilo Medina cuando se lanzó y saltó la barra con apenas un metro de altura. Los aplausos se hicieron desde todos los ángulos del escenario. Ahora los obstáculos empiezan a ser colocados más alto. La pregunta es, ¿posee el equipo de Medina adecuadas y flexibles pértigas para continuar la competencia con posibilidad de éxito? Esta interrogante conlleva a la siguiente reflexión. ¿Una derrota de Medina le será favorable o desfavorable a sus potenciales perspectivas de ser candidato en el 2012? ¿Perdería el respaldo del presidente Fernández en otra lucha por la nominación presidencial frente a otros adversarios internos? En esa encrucijada de disyuntivas, aflora la máxima política de “lo posible y lo conveniente” que deberá ser aplicada de manera inteligente por el astuto y hábil político que es Danilo Medina, reforzándola con su bien cultivada prudencia.

Tanto para la política como para cualquier otra actividad de la vida, los profesionales de la conducta humana advierten lo siguiente: “si reacciona y hablas con ira, dirá o escribirá el más hermoso y elocuente de los discursos que siempre querrás olvidar”. Aunque haya situaciones que lamentar, no significa necesariamente que existan razones por las cuales alguien luego tenga que arrepentirse. Las circunstancias marcan el proceder del ser humano. En circunstancias especiales “lo hecho, hecho está”. Y que cada quien asuma la responsabilidad y consecuencias de sus actos.

La prudencia es el mejor dispositivo para evitar heridas que no cicatricen. Todo dependerá de la fuerza o intensidad con que “la maquinaria reeleccionista” trate de avasallar dentro de esa organización política a quienes son abanderados de la alternabilidad. Y de la actitud y respuestas que los danilistas puedan asumir frente a los porrazos que reciban desde el engranaje de “la maquinaria”. Y viceversa. Estoy convencido que nunca habrá violencia verbal ni palabras hirientes ni detractaciones recíprocas entre Leonel Fernández y Danilo Medina. El morbo de los espectadores jamás será complacido con la presentación de una escena de esa naturaleza. Pero que el PLD salga fortalecido luego de su convención, dependerá de la capacidad de ellos poder controlar la violencia verbal, las pasiones y el ímpetu de las acciones de sus seguidores. Ya que en determinados momentos quienes no sepan interpretar la realidad del libreto y el propósito de la cartelera, podrían caer en el error de que cuando alguien del can actúe responderle al amo.

En la convención del PLD el día 6 de mayo venidero habrá un solo ganador como candidato a la Presidencia de la República. La ira y la imprudencia son fragmentarias. La prudencia y la concertación son unitarias y vinculantes. La envergadura de los golpes y el grado de las heridas, serán decisivas en que los perdedores puedan levantarles los brazos a los ganadores sin resentimientos. O que se renieguen a levantárselos. El diario palpitar y rumor del pueblo es el que dice: ¡A Dios que reparta suerte!

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