La prueba de fuego de mañana

La prueba de fuego de mañana

Pese a que una gran mayoría de los dominicanos consideramos que los políticos de las recientes generaciones del PRD, cuando asumen el poder, lo hacen muy mal, política y administrativamente, quedando “bajeados” para futuros eventos electorales, sin embargo, por su apreciable arraigo en el sentir de las masas, no se les descarta para ser opciones de poder.

Mañana, el PRD, tiene una gran prueba de fuego; sus delegados deberán escoger al candidato presidencial para las elecciones de mayo del 2012 con los dos candidatos en disputa, llegando ambos a un nivel de aceptación que augura una reñida votación que podría determinar el futuro del partido para que no le ocurra verse en un oscuro destino similar al del otrora poderoso reformismo en sus tiempos de gloria con su líder Joaquín Balaguer.

Hoy se hace difícil predecir cuál será el ganador entre Vargas y Mejía cuando éste, tan solo hace seis meses, se consideraba descartado para ser opción de poder como parte de una boleta perredeísta, ya que el recuerdo de su desastrosa administración del 2000 al 2004, perdura con ribetes amargos en amplios sectores por la calamitosa situación financiera que le dejó en manos de su sucesor Leonel Fernández.

Los dominicanos estamos acostumbrados a la resurrección de los políticos, que caen en la ignominia por sus desacertadas ejecutorias desde el poder, se les resucita para volver a ser esperanzas, creyendo que aprendieron de sus equivocaciones, han rectificado y pueden rescatar al país de sus autoridades actuales, que se les ha ido de las manos, que en su arrogancia y creerse superiores, no asimilan que el país se le está diluyendo.

La solidez económica sostiene al régimen peledeísta, como fruto de las medidas económicas y financieras, que desde hace siete años ha puesto en práctica el Banco Central, evitando un colapso de proporciones y ribetes de desencanto popular similares a lo que está ocurriendo en los países musulmanes de Medio Oriente.

El resurgimiento avasallador de Hipólito Mejía preocupa no solo a su rival Miguel Vargas, sino a los sectores pensantes evacuadores de opinión, que viven con el recuerdo de sus desacertadas ejecutorias anteriores, en donde la corrupción y desaciertos económicos, políticos y administrativos estuvieron a la orden del día durante su administración. Fue condenado al ostracismo, similar a lo que le ocurrió al doctor Balaguer en 1962, cuando refugiado en la embajada del Vaticano, escuchaba el epíteto “muñequito de papel” para cuatro años después surgir vencedor en una contienda electoral que caracterizó el sentir de los dominicanos.

Miguel Vargas enfrenta un gran reto para mañana. Hasta hace poco se creía invencible con un triunfo seguro para ser el candidato presidencial. Hay factores muy característicos en el sentir de los dominicanos que inclinan la balanza de unas elecciones hacia otro lado, en especial si se carece de empatía con las masas y el carisma está ausente y no fluye de la figura política, así se confirma lo que dijo Boquechivo en su caricatura del pasado día 19 de febrero en Diario Libre, que con truño no se conquista a un pueblo, tan ñoño y tan sensible, que se desvive por una sonrisa de quien puede hacerle un favor, o tan solo ponerle la mano en el hombro.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas