FINANCIAL TIMES
Un intento de golpe de Estado, una huelga general y ahora, el primer referendo revocatorio contra el presidente titular: el al parecer indestructible presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha sobrevivido a todo eso. El controvertido presidente del quinto país exportador mundial de petróleo está ahora, al menos, en camino de completar los dos últimos años y medio de su periodo de seis en el cargo.

Va a resultar una píldora amarga para los partidarios de la oposición, muchos cientos de miles de los que hicieron una dura campaña por la votación y después hicieron filas durante largas horas el domingo para echar su voto. A pesar del respaldo al conteo oficial de Jimmy Carter, el ex–presidente de Estados Unidos, y de la Organización de Estados Americanos, muchos siguen creyendo que hubo fraude en el proceso.

Sus acusaciones deberían tomarse en serio y deberían investigarse las pruebas. Pero si esto confirma la votación, los líderes de la oposición deberían aceptar de inmediato el resultado. El referendo devino en una agobiante y debilitadora guerra . Tanto la oposición como Chávez necesitan extraer lecciones y continuar hacia delante.

La oposición debería dar continuidad a la organización que se creó para alcanzar el referendo, como preparativo para las elecciones presidenciales de 2006. Se necesita una estrategia política que trascienda la simple oposición al señor Chávez y presente una alternativa positiva y atractiva. Es necesario una autocrítica más seria del estilo del gobierno que llevó a la derrota de los principales partidos políticos hace seis años. También es tiempo para que un grupo de líderes políticos que ya no inspiran ceda el camino a la sangre fresca

El señor Chávez se ha revelado como un líder político astuto, subestimado de manera consistente por sus rivales. En su primera manifestación de victoria, el lunes, desplegó una generosidad poco característica, al elogiar la decisión de los votantes opositores y defender su inclusión en el sistema político. 

Sin embargo, el señor Chávez de hacer algo más que hablar del pluralismo político. Hasta ahora, con mucha frecuencia había presentado a sus opositores políticos como una minoría elitista, socialmente egoísta. Ha ignorado las aspiraciones legítimas de miles de venezolanos de las clases trabajadora y media, muchos de los cuales han perdido sus medios de vida debido a la pobre administración económica de su gobierno.

Ahora, el señor Chávez debería aprovechar el éxito y popularidad aparentes de sus programas sociales para los pobres con políticas que tomen en cuenta los intereses de todo el país.

Podrían ayudar dos iniciativas económicas. La industria de hidrocarburos es cardinal en los destinos económicos de Venezuela, pero su productividad está declinando. El gobierno necesita moverse rápido para negociar acuerdos con inversionistas extranjeros que ayuden a re-capitalizar el sector.

Además, el señor Chávez necesita empezar a hacerle atractivo a las pequeñas y medianas empresas el hacer negocios en Venezuela, al margen de las persuasiones políticas de sus propietarios. Esta sería la mejor forma de crear empleos y generar la prosperidad necesaria para el avance social verdadero.

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TRADUCCION: Iván Pérez Carrión