El pasado 11 de diciembre tuve al alto honor de ser invitado a dictar la conferencia magistral de apertura del II Congreso Virtual 2021 de la Asociación Dominicana de Psicólogos (ASODOPSI), el cual fuera coordinado por la Lic. Ebony Lafontaine y en donde me tocó referirme a las neurociencias y la salud mental.
Me declaro un admirador de la psicología: ella y la neurología son dos primas criadas juntas, es decir casi hermanas. Estoy entre los que reconocen su gran utilidad para las neurociencias, toda la sociedad y por encima de todo, para la convivencia humana.
Esta rama científico-social que nació con Aristóteles (384-322 a.C.) siendo este sabio griego el primer filósofo de la ciencia, quien con sus explicaciones sobre epistemología, ética y otros temas sociales, dio inicio a esta evolucionada ciencia del comportamiento humano y social. Luego se presentó un histórico salto al siglo XVII con los aportes del prominente hombre de ciencias francés, René Descartes (1596-1650) filósofo y matemático.
De la misma época son los aportes de los pensadores británicos Thomas Hobbes y John Locke quienes contribuyeron al florecimiento de la psicología. Corresponde a los alemanes Theodor Fechner y Wilhelm Wundt ser los padres de la psicología moderna. Recuerdo mi visita en el Museo de Ciencias de Londres, al laboratorio de psicología del precursor Wilhelm Wundt, donde se describió por primera vez el estrés postraumático.
“Todo aquel que ha vivido largo tiempo se ha planteado alguna vez a la tentación de orientar su mirada en sentido opuesto y preguntarse cuáles serán los destinos futuros de tal cultura y por qué avatares habrá aún de pasar”, sabios juicios psico-sociales de uno de los cientistas que más aportes ha hecho al conocimiento de la psiquis, el gran psiquiatra Sigmund Freud (1856-1939). Este es un fragmento de su obra: “El porvenir de la ilusión” (1927).
Nos correspondió en ese conversatorio hacer un enlace entre ese pasado rico en pensamientos filosóficos y en acciones concretas, el conectarlos con la actualidad de las neurociencias, que van en el camino de la informática, el desarrollo de técnicas y equipos de diagnósticos cada vez más sofisticados.
Hoy nos adentramos al minimalismo, es decir la miniaturización de los equipos para manejar el complejo sistema nervioso hasta los nanotubos microscópicos, con capacidad terapéutica. La nanorobótica y la neuro navegación en el cerebro son una realidad y qué decir del uso de las células madre con un gran futuro terapéutico.
La psicología no escapa a ese indetenible desarrollo y se enfrenta hoy a retos como: mayor énfasis en la ciencia y las relevancias sociales, la utilización de modelos matemáticos más adecuados, trabajos sobre problemas complejos, mayor profesionalización y una más amplia integración de la psicología con todas las ramas del saber humano, en particular con las ciencias biológicas.
A pesar de todos los avances de la medicina de hoy que algunos parecen de ciencia ficción, siempre estará “el hombre” con una compleja psiquis, que tal vez mañana podremos manipular con una alta tecnología de punta.
Yo estoy seguro que allí estarán siempre los psicólogos para ayudar a dirigir este renacer y contribuir como hasta hoy por un convivir mejor socialmente y ayudarnos conductualmente a ser mejores seres sociales y que como ciencia lo han hecho muy bien, y así continuará siendo con todos esos adelantos tecnológicos que nos esperan.
La psicología nace con el filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.)
La nanorobótica y la neuro navegación en el cerebro son una realidad
Theodor Fechner y Wilhelm Wundt son los padres de la psicología moderna