La purulenta corrupción

La purulenta corrupción

La reacción del Presidente Danilo Medina es comprensible. Tal vez, a la vista del planteamiento, se ha dicho para sus adentros, ¿y qué es corrupción? ¿A cuál corrupción se alude? Y por supuesto, antes de saltar con un estentóreo coñanazo, ha preferido indagar. ¿A quién ha elegido como interlocutor? Por supuesto, a quién reclamó una actuación contra la corrupción. Porque el Presidente Medina se habrá preguntado una y mil veces, ¿y él? O mejor dicho, ¿y ella? De paso, por si acaso las moscas rondan sobre el pastel, también estará procurando una carambola. Por si acaso.
El triunfo de la especie humana radica en el alejamiento de sus expresiones culturales de las formas de ser animaloides. Cuando los españoles comenzaron a poblar las Antillas, encontraron muchos comportamientos reprobables para la cultura alcanzada en Europa. El canibalismo, verbigracia, era visto como una aberración. Es posible que los pueblos primitivos de esa Europa de tonos civilizados hubieren sido antropófagos. Pero el europeo del siglo XV, español incluido, contemplaban en la antropofagia una expresión de inaudita bajeza del ser humano.
También criticaron los españoles, conforme consta en las crónicas de aquellos tiempos, la relación sodomita. Algunos de los cronistas hablaban por boca de los conquistadores. Además del propio Almirante descubridor, Don Cristóbal Colón, también hablaron en las Cortes hombres como Hernán Cortés y otros. Los relatos de sus vivencias constituían hacia la época, capítulos de las actuales series de películas para televisión o para los cines. A todos, en los reinados de esa Europa civilizada, cautivaban las vivencias del Nuevo Mundo, conocidas por boca de los viajeros vueltos a España. U otros viajeros, de otros países, que retornaban a sus respectivos territorios.
Canibalismo y sodomía, pues, constituían aberrantes expresiones reprochables para el europeo de esos tiempos. Eran actos de corrupción.
Hoy se ha admitido que en determinadas circunstancias, se retorne a la antropofagia. Y, de manera especial, la relación sodomita, no solamente encuentra explicaciones, sino adeptos. Y es modalidad de vida colocada en la agenda pública de países con gobiernos todopoderosos. Tal vez debido a ello, el Presidente Medina requiere el señalamiento, específico, de los corruptos. Porque, ¿cuál es la forma de corrupción indeseable dentro de la agenda promovida por el reclamante? Al ofrecerle un nombre, al signar una persona, podrán aclararse los diversos panoramas creados por la imaginación bajo el manto de la corrupción.

Hasta este momento se ignora si existe disposición a dar respuesta conocible en público. En una página electrónica con escudos y todo eso, se ha reiterado la agenda promovida por la representación. Pero fuera de ello, no parece existir deseo de dar respuesta al reclamo del Presidente Medina.

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