Cuando escuché hablar de las familias funcionales en ese programa radial, me fue casi imposible dejarlo de ese tamaño. ¿Qué es una familia funcional? Incluso antes de responder esa interrogante las otras la quitan del medio: ¿Qué es funcional? ¿Qué es una familia? Entonces… Vamos por partes.
Los que hablan bonito dicen que familia es un grupo de personas emparentadas que viven juntas. Deben tener algo en común y estar organizados. Si aceptamos esta definición como buena y válida, los emparentados que viven en casas distintas no son familia, de manera que el tío de los países ya no será mi pariente y no podré pedirle los zapatos prometidos. ¡Qué vaina!
No, no vamos a asumir esa postura, además de ser radical, limita las peticiones al extranjero… -fuera de broma-, el concepto de familia tiene varios enfoques: el biológico la ve desde la reproducción, la sociología la tiene como un núcleo de progenitores y descendientes directos, la justicia la tiene como el grupo formado bajo el amparo legal y así cada rama arroja sus hojas de colores, pero partiendo del mismo tronco: los individuos.
El problema entra cuando los opinólogos intentan ilustrarnos con sus hipótesis y eufemismos de los de a dos por peso. La corriente conservadora establece que solo la familia nuclear es la funcional, dígase papá, mamá e hijos. Sucede que, si nos quedamos con eso en las costillas, la mitad de las familias dominicanas no funcionaran, y no es así.
El marco o modelo de lo que conocemos como familia es tan ancho y profundo que necesitarías un Nautilus y tres décadas para dar con una definición matemática. ¿Hablo pluma de burro? Si me llevo de Unicef no, porque en su libro “Nuevas formas de familia” establece que sería ridículo asumir lo tradicional como lo único bueno porque el monoparentalismo es una realidad latente, sobre todo entre los latinos.
Y seguimos… la tradición obliga que el hombre sea el proveedor, la madre la que cría y los hijos obedecen los mandatos. De seguro conocerás núcleos así, pero ya no son la mayoría, o por lo menos no en República Dominicana donde hay cerca de 1.5 millones de madres solteras y en esos grupos donde están ambos progenitores, la necesidad obliga a que los dos salgan a buscar el moro. ¿Quién está criando a tu hijo entonces? Casi siempre es alguien que dejó los suyos para atender los ajenos, porque también debe trabajar.
La sociedad avanza tan rápido que, si comparas lo de hace una semana con el ahora, fácilmente creerías que estás en dos mundos distintos. Todo ha cambiado, y ha sido tan así que en los últimos 60 años la humanidad ha avanzado más que en el resto de su pasado. Y si todo evoluciona, ¿la familia no ha sido parte de esas transformaciones? Creo que sí. Y me voy más allá… Hoy pueden ser familias dos personas sin hijos, dos personas con hijos, dos personas del mismo sexo con mascotas, hermanos criando hermanos, abuelos con nietos, sobrinos con tíos, incluso personas sin vínculos genéticos como los niños de un orfanato.
La familia funcional es la que funciona, no importa si vives con dos o siete, si son del mismo linaje o no, si uno está en China y el otro en Uruguay, siempre y cuando el objetivo de sus integrantes sea el bienestar colectivo enfocado en la salud emocional. Lo que debe primar es la felicidad de sus miembros, sea o no bajo la sombrilla de lo tradicional. ¿Se puede elegir a la familia? Los amigos son un ejemplo palpable, yo tengo muchos y me siento dichoso de tantos hermanos y hermanas.
Que los teóricos sigan trazando pautas de lo funcional mientras crucifican los cambios. Yo, como muchos otros, creo que familia son las personas con las que compartes un vínculo afectivo genuino y haces lo humanamente posible por su bienestar. ¿Quieres tener una? Quiérete y los demás te querrán con pirotécnicas y confeti. Recuerda iniciar por el hogar, el que está dentro de ti.