En tiempos de campaña electoral todo tiene un matiz político, y las tragedias, como el reciente caso de La Victoria, donde fallecieron 13 reclusos luego de producirse un incendio cuyas causas las autoridades todavía investigan, no podía ser la excepción. De ahí la queja, externada en su discurso de rendición de cuentas, de la Procuradora General de la República Miriam Germán Brito, quien lamentó que se utilice un hecho tan doloroso para tratar de sacarle provecho político o, como ella misma lo expresó, “para arrimar brasa a sus sardinas”, lo que convirtió al Ministerio Público, órgano rector del sistema penitenciario, en el “banquito de picar”.

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La Procuradora recordó que en el 2005 se produjo una tragedia similar en la cárcel de Higüey, en la que murieron mas de cien reclusos, señalando que la única diferencia con lo que ocurrió en La Victoria, además de la cantidad de víctimas, es que ahora estamos en medio de una zafra electoral donde los políticos, como es su costumbre, se van de boca criticando a diestra y siniestra lo que hizo y dejó de hacer el gobierno, si están en la oposición, o descalificando a sus críticos y sus motivaciones si están en el gobierno y comiendo con grasa, como dice el pueblo en la calle.

Ha sido oportuno que la doctora Germán Brito recordara la tragedia ocurrida en Higüey en el 2005, siendo presidente el doctor Leonel Fernández y gobernando el PLD, pues al parecer ya los peledeístas y los ahora fupuístas lo habían olvidado a juzgar por sus críticas a lo que sucedió en La Victoria y a la forma en que las autoridades han manejado la situación.

Un comportamiento que, a decir verdad, no debería sorprender a nadie y mucho menos a la Procuradora General de la República, que por experiencia propia sabe muy bien de qué son capaces los políticos, y no solo cuando están en la oposición criticándolo todo sino también en el gobierno embriagados de poder y soberbia, que en este caso, por obra de la casualidad o la mala suerte, son los mismos.