La quinua bajo presión del mercado y la tradición 

<P>La quinua bajo presión del mercado y la tradición </P>

PATAMANTA, Bolivia, AP. El insaciable apetito por la comida orgánica en el mundo ha puesto de moda a la quinua, el cereal de los incas, cuya demanda está sacando de la pobreza a indígenas del occidente de Bolivia que llevados por rápidas ganancias están descuidando técnicas agrícolas ancestrales para ese cultivo.   

El auge recién empieza. Su lanzamiento mundial será este miércoles cuando en una sesión especial en Nueva York, la Organización de las Naciones Unidas declare a 2013 el Año Internacional de la Quinua en presencia del presidente Evo Morales y de la primera dama peruana Nadine Heredia, quienes serán declarados embajadores del cereal para promocionar su cultivo y consumo. Bolivia es primer productor mundial y Perú el segundo.   

La imagen de la quinua, cuyo poder nutritivo es comparado con la leche materna según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), circularán en sellos postales.   

El cereal, sin embargo, se consume poco en Bolivia, apenas un kilo per cápita al año, según un estudio del gobierno. En diciembre Morales montó un tractor y abrió surcos en tierras de su pueblo para alentar el cultivo del cereal en el altiplano más allá de las zonas tradicionales.

Ese día los campesinos de Orinoca sacrificaron una llama en agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra) para pedir una buena cosecha este año. Pero la semana pasada el mandatario les regañó porque los agricultores están sembrando donde pastan llamas cuyo estiércol fertiliza una de las tierras más áridas en Oruro y Potosí, en el sudoeste, donde germina la quinua real, la variedad más cotizada.   

“La quinua va de la mano con el abono natural que producen las llamas y tiene que haber una retroalimentación entre ambos”, pero “no es catastrófico” porque los productores están conscientes del riesgo, dijo a The Associated Press la experta en ese cultivo, Rossmary Jaldín.   

Bolivia elevó sus cultivos de 63.000 a 104.000 hectáreas e incrementó la producción de 36.000 a 58.000 toneladas métricas entre 2009 y 2012. Las exportaciones crecieron de 13 millones de dólares en 2007 a 84 millones el año pasado, informó el Ministerio de Desarrollo Rural.   

Perú incrementó su producción de 29.867 toneladas en 2009 a 43.640 en 2012 y exportó el año pasado por 30,7 millones de dólares, 20% más que el año anterior. Los cultivos peruanos están en una zona aledaña a Bolivia, “pero mientras en el altiplano rinde un promedio de 1.000 kilos por hectárea, en la costa da hasta 5.000 kilos.

El clima favorece pero Perú no está aprovechando ese potencial”, dijo a la AP Reynaldo Trinidad, director de la Revista Agronoticias.    Atraídos por la demanda, Estados Unidos, Canadá, Australia, China, India y Paraguay, ente otros, han comenzado a sembrar quinua.   

El gobierno de Morales declaró prioritario ese cultivo, colocó 10 millones de dólares desde 2011 en créditos a los productores y construyó plantas para industrializar el cereal, pero los agricultores reclaman máquinas cosechadoras. Muchos utilizan técnicas manuales para arrancar los minúsculos granos.   

El año pasado dos comunidades aymaras en el altiplano andino se enfrentaron con palos, piedras y bombas caseras de dinamita por un campo de quinua en una zona limítrofe no delimitada.

Un mes después acordaron compartir en paz la cosecha.    Poco después, técnicos surcoreanos llegaron invitados por el gobierno para diseñar cosechadoras específicas.   

Que la ONU promocione el cultivo andino “es una gran oportunidad para mostrar al mundo las propiedades nutritivas de la quinua y conseguir mayores mercados”, dijo Jaldín.   

Muchos campesinos dejaron la papa para cultivar quinua, atraídos por la demanda. Estados Unidos consume 52% de la producción boliviana; la Unión Europea, sobre todo Francia y los Países Bajos un 24%. El gobierno busca exportar a China, Japón y Corea del Sur.   

“La mejor se produce en Bolivia, este grano es buscado y valorado, pero es mejor que haya más mercados”, dijo a la AP el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez.  Bolivia es país de origen de la quinua real, una variedad que se cultiva en tierras aledañas al mayor salar del mundo y cuyo grano contiene además saponina, utilizada en los detergentes.   

Un 30% de los 70.000 productores son hijos de campesinos que regresaron a sus comunidades atraídos por el buen precio y siembran sin seguir métodos tradicionales de los abuelos sólo por el lucro, según el ministro Vásquez. “Con ellos no vamos a trabajar, no se les ayudará”, agregó.   

El presidente de la Asociación Nacional de Productores de la Quinua (ANAPQUI), Juan Crispín, explicó a la AP que es fundamental rotar cultivos, dejar descansar un año la parcela donde se sembró el año anterior para evitar el empobrecimiento de la tierra. Incluso, las autoridades originarias obligan a suspender la siembra si el agricultor no sigue los métodos tradicionales.   

Para la investigadora Jaldín el mayor riesgo está en la posibilidad de que países desarrollados modifiquen genéticamente la quinua real para producirla en otras regiones del planeta.  ANAPQUI comenzó a exportar hojuelas de quinua a Estados Unidos, España y Brasil en un primer intento por industrializar el cereal.   

“Yo no entiendo de mercados, sólo sé que debo cuidar la tierra que me da de comer”, dijo a la AP el agricultor Gerónimo Blanco, de 65 años, mientras observaba sus campos de quinua en floración en esta comunidad aymara cerca del lago Titicaca, a 40 kilómetros al oeste de La Paz.   

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