La rapiña política y la incertidumbre nacional

La rapiña política y la incertidumbre nacional

El almuerzo tradicional de Acción de Gracias de la Cámara Americana de Comercio fue el escenario ideal para que la dinámica embajadora estadounidense tuviera la oportunidad de desarrollar algunas ideas muy válidas acerca del pensamiento de nuestros aliados del modo de hacer negocios de los funcionarios con su peculiar interpretación de las leyes y normativas en especial para la inversión extranjera.

La falta de transparencia con las reglas de juego, acomodada al criterio y ambiciones de cada político funcionario, provocan un juego de azar el invertir en el país. Nadie sabe por dónde es que la burocracia va a imponer sus trabas para tratar de sacar más beneficios al inversionista o tratar de torpedear los esfuerzos de querer hacer el país una atracción para la inversión extranjera. Las leyes, reglamentos y normas son interpretados según el tamaño de las ambiciones del funcionario, que al frente de determinados ministerios, hacen de traer dinero al país para invertir una aventura, en que siempre se perjudica el bolsillo de quien creyó que aquí había buenas oportunidades para hacer negocios y obtener beneficios claros y justos.

La diplomática Robin Bernstein, el pasado miércoles 27 de noviembre fue muy clara durante el almuerzo de la Cámara en sus pronunciamientos. Y es en un tema que ya quisiera el Gobierno dominicano que el mismo no tuviese tantos tropiezos por esas ambiciones e interpretaciones antojadizas que hacen los funcionarios de cualquier nivel acerca de los inversionistas. Estos llegan al país atraídos por la propaganda que llevan a cabo sectores muy puntuales del Gobierno. Ya ellos quisieran que cosas tan negativas como las denunciadas por la embajadora fueran cosa del pasado. Tales debilidades burocráticas se han tratado de erradicar pero el refrán de que “perro huevero aun cuando le quemen el hocico” es aplicable a un sector burocrático que empaña malamente la buena fe y propósitos del Gobierno. Se ha intentado plasmar un atrayente clima para los inversionistas para que encuentren en el país las seguridades sin angustias de su inversión. Tan solo el sector del turismo está bastante blindado a los funcionarios pedigüeños por la naturaleza de las inversiones en donde leyes y reglamentos le dan orden a la actividad que ha llevado al país disponer de unas 80 mil habitaciones distribuidas en toda la geografía nacional en especial en el Este del país y en la zona Norte en el entorno a Puerto Plata.

Y es verdad que la mayoría de las coimas se registran en los niveles inferiores y medios de la burocracia oficial. Tales costumbres dejan muy mal parados a los principales funcionarios del Gobierno que se ven atrapados por unos servidores que hacen fracasar los intentos oficiales de sanear la administración a como dé lugar en el aparato burocrático nacional. De ahí tantas leyes, decretos y reglamentos para adecentar las actividades del Gobierno. Se busca eliminar esa mala imagen que le sirvió de marco a la embajadora Bernstein a desahogarse y decir las cosas que solo se le permiten sin retaliaciones como una digna representante de los Estados Unidos. Se empaña la buena fe de los gobernantes atrapados por unos servidores buscándoselas de cualquier forma para ser ostentosamente ricos sin pensar que empañaron la buena fe del gobernante que confió en tales subalternos.

El país ha vivido rodeado de la mala fe de los políticos. Ellos se creen con derecho a saquear las dependencias del Estado como si hubiesen sido colocadas para tales fines. No piensan en el bien común al cual sus líderes propugnan por tales objetivos. Pero los subalternos no están en eso. Y es que ellos, en todas las etapas de la historia reciente y más en este siglo, ven como se aprovechan de los recursos y cada quien busca la forma de penetrar en los canales en donde se consiguen los beneficios. Apenas llevan a cabo sus tareas asignadas dejando destruir las propiedades puestas para su salvaguardo para lograr sus beneficios y van por más. Con ese proceder destruyen la buena fe que en un momento dado se pudo tener en ellos como funcionarios eficaces. Ellos buscan un saqueo de las propiedades estatales, y tal es la motivación en este siglo, que cada quien busca la cobija política para estar en condiciones de enriquecerse sin importar los medios para lograrlo. Hoy en día lo que domina la acción de los políticos y sus allegados es un rápido enriquecimiento colocado a la sombra de su líder. Así se perjudican las buenas intenciones de este obligado a trabajar con un material humano podrido con sus objetivos muy claros del enriquecimiento al estilo de lo acostumbrado hoy en día y que la embajadora estadounidense lo dejó entrever en su charla.

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