La rata de arrozal sigue apasionando los paladares camboyanos

<p>La rata de arrozal sigue apasionando los paladares camboyanos</p>

La carne de rata se consume en toda Camboya, la especie de Battambang es más dulce debido a que la cosecha de arroz tiene lugar sólo una vez al año.

BATTAMBANG (Camboya), EFE.– La abundante cosecha de arroz en la provincia de Battambang va paralela al lucrativo negocio del consumo de ratas de arrozal, que sigue siendo uno de los manjares más apreciados en el norte de Camboya.

El origen de tan peculiar costumbre gastronómica data de la época de terror instaurada por el Jemer Rojo (1975-1979), cuando unos dos millones de camboyanos murieron a causa de las hambrunas y de las ejecuciones del grupo ultra-maoísta.

De esa represión no se libraron los residentes de Battambang, en plena zona de arrozales del país, a los que el hambre obligó a alimentarse de las ratas arroceras, convirtiéndose así en su principal fuente de proteínas.

Treinta años después de la caída de ese régimen prevalece en Battambang el gusto por esa comida tan poca común, ya sea preparada en barbacoa con salsa dulce, asada en hierbas aromáticas o en una suculenta sopa.

Los restaurantes que sirven ese plato especial acogen bien la época de ratas de arrozal, ya que para ellos significa una importante fuente de ingresos.

«Acaban de recoger el último arroz, así que las ratas ya comienzan a estar disponibles en el mercado y eso quiere decir que el negocio va bien para nosotros durante los próximos tres meses», dijo Chuhrut Hen, cuya familia es propietaria de dos humildes puestos de venta frente al principal hospital de Battambang.

Hen agregó que cuando no es temporada de ratas de arrozal (Holochilus venezuelae) sus clientes se conforman con ingerir pescado seco, calamares e incluso la raya de aguijón, pero que son los roedores los que atraen a comensales de la provincia y de otros lugares de Camboya.

Aseguró además que las ganancias de sus locales se incrementan en más de cien por ciento cuando la rata forma parte del menú, ya que puede vender al menos dos kilos de su carne en una noche.

Igual de optimista es Choy Rouen, otra propietaria de un restaurante, que manifestó que la voracidad de su clientela es tal que puede dar cuenta de diez kilos de carne de rata en muy poco tiempo.

«La carne de rata no es sólo para los ricos sino también para los pobres. Todo el mundo disfruta de ella», declaró Rouen, que admitió que la rata de arroz es uno de sus platos favoritos.

En cuanto a su sabor, Rouen la comparó con la carne de serpiente, aunque la considera superior si va mezclada con las especias adecuadas, algo en lo que coinciden los expertos culinarios locales.

Según estos, aunque la carne de rata se consume en toda Camboya, la especie de Battambang es más dulce debido a que la cosecha de arroz tiene lugar sólo una vez al año.

Además, el arroz fragante de Battambang hace que los roedores sean más sanos y gordos, y por tanto más sabrosos.

Y es que la gente que ingiere este tipo de roedores no los ve como algo repelente y sucio, como podrían ser las ratas de ciudad que se alimentan de basuras y viven en alcantarillas.

Al contrario, tiene claro que las ratas de Battambang habitan en arrozales limpios, se alimentan del mismo arroz que los humanos y gozan de una salud que se contagia a quien la consume.

Esta es la filosofía que impera en el Srey Mom, un restaurante de lujo en el cercano distrito de 100 Rice Fields (Arrozales) que ya se prepara para una época de alta demanda de carne de rata.

Sus clientes acostumbran a sentarse en una mesa bajo casitas con techo de paja y beber vino de arroz, cerveza o whisky importado entre bocado y bocado de rata arrocera.

«Las primeras ratas que salen son las más caras, pero la gente las compra porque ha echado de menos su sabor durante mucho tiempo. ¡Qué pena que su temporada sea tan corta!», indicaron los dueños del establecimiento.

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