Con relación a la cuarta revisión del Acuerdo Stand-By, el  FMI hizo público un comunicado diciendo básicamente que la economía estaba creciendo, que el gobierno incumplió con el pago a los generadores y con la meta del déficit del sector público consolidado, que por los incumplimientos concede dispensas, que el presupuesto del 2012 será restrictivo, que el costo del crecimiento ha sido un déficit externo de 7.5% del PIB del 2010, financiado con inversión extranjera directa, endeudamiento público y flujos de capitales. Puede alguien, en su sano juicio, decir que el programa ha sido un éxito?

No dijo que es deuda el grueso del financiamiento de las dos brechas (fiscal y externa), un capital artificial que con los ingresos fiscales actuales no podremos pagar. Tampoco que el crecimiento de las importaciones, debido al exceso de gastos gubernamental, combinado con exportaciones estancadas desde hace años, envía una clara señal de que el país está en problema, porque estamos viviendo por encima de las posibilidades, se consume más de lo que ingresa y eso es insostenible.

Lo que nunca debió decir fue que el gobierno no aumentará los impuestos. Sabe que lo está haciendo y que lo hará en el 2012 para evitar una crisis de deuda. Debió admitir que se equivocó al permitir un aumento del balance de la deuda consolidada, porque llegará a 41.2% del PIB a final del 2010 y a 44% en el 2011, cuando debe estar por debajo de 30%, y con el servicio de la deuda (intereses y amortización de capital) del 2011, que representará 41.07% de los ingresos esperados por impuestos, muy por encima de lo que debería ser.

El FMI sabe mejor que nadie que ningún sentido tiene crecer basado en un consumo temporal, financiado con deudas que tendremos que pagar durante varios años. Se equivocó en República Dominicana cuando apoyó el aumento de la deuda sin crearse empleos productivos; lo que correspondía era una política austera, para reducir un desequilibrio que viene de gastos excesivos incurridos por el gobierno en elecciones pasadas. No se necesitaba ser especialista en política pública para darse cuenta de que la medicina agravaba la sostenibilidad fiscal, que endeudando masivamente al país no se iba a resolver la recesión de la economía  mundial. Repito, debió prohibir el gasto gubernamental superfluo con el objetivo de reducir los desequilibrios (fiscal y externo) y mejorar la confianza pública, lo increíble es que hizo lo contrario.  

Como la acumulación de deuda y los déficits son insostenibles, ahora cambia la política, recomienda disminuir el déficit del presupuesto para el 2011 y que el Banco Central suba los intereses. Cruza los dedos para que no se reduzca la demanda agregada y la economía crezca. Estamos en presencia de un conjunto de políticas contradictorias que a ninguna parte conducirán, aplicadas en menos de un año, con el costo de dejar al país endeudado y con un mayor número de pobres. La responsabilidad histórica no es del FMI, es del presidente Fernández y el PLD.