La realidad, ¿social o individual?, reflexión antropológica

La realidad, ¿social o individual?, reflexión antropológica

TAHIRA VARGAS GARCÍA

La lectura de la violencia de género y los feminicidios acontecidos en los últimos días ha suscitado debates con algunas tendencias que niegan la mirada a la violencia como fenómeno social y la relegan a un problema individual o patológico.
El análisis de la violencia y su presencia en la cotidianidad no es posible desde el aislamiento del fenómeno a situaciones individuales. Las prácticas de violencia de género y violencia social están presentes en la socialización desde la infancia hasta la adultez y se legitiman continuamente. Los discursos y las percepciones resultan insuficientes para profundizar en esta problemática por lo que se hace necesario siempre contrastar estos discursos con las manifestaciones y la interacción social registrada con la observación participante.
La negación de la mirada social y cultural de la violencia, así como de las relaciones de género y otras problemáticas que nos afectan, no es casual ni coyuntural. Las corrientes neoconservadoras presentes no solo en nuestra sociedad, sino en toda la región tienden a deslegitimar el pensamiento social y crítico frente a la sociedad y entre ellos el pensamiento antropológico. Se oculta así el peso que tiene la cultura, los grupos sociales y las colectividades en la construcción de patrones de conductas, valores, actitudes y creencias.
La perspectiva antropológica del quehacer social supone identificar la realidad como un “espejo”. “Hace tiempo que se utiliza para describir la o las tareas de la antropología la metáfora de la imagen del espejo… Al cabo del tiempo ha quedado claro que ese espejo que devuelve imágenes de los hombres no es plano, sino cóncavo, convexo, fragmentado, poliédrico. Un conjunto de espejos que incita a descubrir nuevamente nuevas figuras”. (Velasco 1995:35)
Con la inserción en las comunidades y grupos sociales se logra la comprensión de la diversidad y del cambio social y cultural. Esta inserción es el eje distintivo de la investigación antropológica, la convivencia con las personas desde la observación de sus prácticas y su interpretación de las mismas nos ofrece las claves para entender el entramado social.
La convivencia con las personas desde su cotidianidad ofrece una comprensión de su realidad social donde es evidente el peso del tejido social en las relaciones personales y familiares. El contexto social y cultural se convierte en el marco de referencia para la vida cotidiana de cada grupo social y en este los cambios intergeneracionales. El reconocimiento de la realidad en esta perspectiva, su naturaleza cambiante y heterogénea tiene continuas barreras sostenidas en la perpetuación de la desigualdad y las relaciones de poder hegemónicas. La negación y el ocultamiento suelen ser los aliados principales de la inequidad.

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