La reconciliación reformista

La reconciliación reformista

Los últimos intentos por reunificar el Partido Reformista  parecen estar dando los resultados apetecibles. Estos logros, indudablemente positivos, están dirigidos  a conseguir  la soñada recomposición de esa importante e indispensable institución política.

El Partido Reformista, otrora una de las organizaciones más poderosas de nuestro sistema político, se ha visto a punto de desaparecer,  por causa de las constantes fracturas internas sufridas.

Es alentador para los miles de simpatizantes de ese partido,  conocer que por fin se hacen verdaderos esfuerzos de unificación de parte de los diferentes grupos y actores que son los responsables de la suerte del reformismo.

Sin embargo, a la luz de los últimos acontecimientos que en ese tenor se han efectuado, quedan algunas dudas e inquietudes que deben ser subsanadas en los venideros días, cuando se retome el tema. ¿Es la reconciliación, parcial o total? Para que se cumpla totalmente la absoluta reunificación, es necesario que todos los grupos separados  se integren entre sí, sin celos ni resquemores, pues para fines de la opinión pública si esto no sucede, será muy difícil que se crea en ello.

“Todo marcha bien”, declaró el ingeniero Carlos Morales Troncoso, al referirse  al proceso de reunificación.  Creemos que la acción un tanto precipitada de disolver el “Consejo Presidencial”, marca la tónica del grupo dirigido por el actual Canciller de la República.

Y aunque algunos pertenecientes a este grupo tengamos aún nuestras reservas al respecto, estamos obligados a seguir los lineamientos de nuestra dirección emitidos de toda buena fe.

Conocemos bien que de parte de los principales dirigentes del partido existe el firme propósito también de llevar a feliz término el proceso unitario.  Confiamos  que los obstáculos que se presenten en este camino tan tortuoso se vayan venciendo, para dar paso a las armónicas decisiones que habrán de tomarse en el futuro inmediato.    

Mientras tanto, daremos seguimiento a los próximos acontecimientos, con la esperanza de que este esfuerzo noble y provechoso  no sea excluyente para ningunos de los grupos o personas envueltos en él, respetando espacios y posiciones ganadas, como  base sustancial de resultados exitosos.

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