La reconversión agrícola de la provincia de San Juan marcha a pasos muy lentos

La reconversión agrícola de la provincia de  San Juan  marcha a pasos muy lentos

San Juan de la Maguana
El proyecto Desarrollo Productivo y Competitividad para la Provincia San Juan, cuyo período de ejecución es de 5 años, marcha con lentitud pues a 2 años y siete meses de su inicio sus ejecutorias no superan el 30% de lo programado.
Por ejemplo, de las 200,000 tareas que serán sometidas a un proceso de nivelación con rayos láser solo se han preparado 5,000; y de los RD$850 millones especializados para el financiamiento a los agricultores solo se han colocado RD$200 millones.
De los 30,000 agricultores y ganaderos que tiene la provincia -de acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo- se pretende beneficiar a 20,000. Sin embargo, hasta el momento solo 750 han sido impactados positivamente con el plan.
Todavía no han sido instaladas ninguna de las cinco cooperativas que funcionarían en los municipios de San Juan de la Maguana, Las Matas de Farfán, El Cercado, Vallejuelo y Juan de Herrera. Se exceptuó a Bohechío por el poco impacto que tiene en la producción agrícola y pecuaria.
Sobre la formación de esas entidades los técnicos responsables del proyecto han podido realizar muy pocas reuniones para formación sobre el cooperativismo.
En esta provincia hay 25 cooperativas funcionando y, además, se evalúa si se reestructurarán.
Las causas del retraso. Los factores que inciden en la lentitud del importante proyecto, cuya inversión total es de US$38 millones, US$35 millones prestados por el BID, y US$3 millones de contrapartida del Gobierno, son entre otros la burocracia en el Ministerio de Agricultura y la desorganización de los pequeños y medianos empresarios agropecuarios.
Y no menos importante, las rígidas exigencias de parte de los técnicos del BID y la banca privada donde están colocados los RD$850 millones para el financiamiento, según han expresado decenas de agroproductores.
Además, el desinterés por el proyecto que han mostrado prácticamente la mayoría de los agricultores y ganaderos de la provincia, quienes casi a unanimidad se quejan porque acceder a los préstamos es muy difícil, casi como una lotería.
Diferencias con el proyecto. El sector agropecuario de la provincia se queja, en sentido general, que no se le consultó al momento de diseñar el plan de reconversión agrícola.
Sus representantes plantean que la nivelación de los terrenos no es la única prioridad, porque hay otras que se resumen en abastecimiento de agua eficiente, financiamientos a tasas atractivas y canales de comercialización que les permitan vender sus productos a precios de sustentación que se correspondan con los altos costos de la inversión.

Abastecimiento de agua. Aunque en la parte norte de San Juan de la Maguana está ubicada la presa de Sabaneta, la sedimentación producto de la deforestación disminuye su capacidad de almacenamiento.
Se calcula que ya el 50% de su capacidad de almacenamiento de agua se sedimentó. La última batimetría que se le hizo, hace unos 15 años, reportó que tenía 20 millones de metros cúbicos de sedimento.

En ese contexto hay que destacar que son varios los problemas de riego que confronta la producción agrícola y pecuaria de esta provincia, a saber: debilidades en la capacidad institucional para la gestión del riego por parte de las juntas de regantes y el Instituto Dominicano de Recursos Hidráulicos (Indhri).
Además baja eficiencia del uso del recurso hídrico (solo se aprovecha entre un 25% y 35% del agua disponible) tanto en la hidroeléctrica como en canales privados que se alimentan del río San Juan, lo cual afecta la equidad en la distribución en oportunidad y cantidad.
Esa situación genera impactos ambientales indeseables como anegación y salinidad.

Sobre el riego también se destaca la inadecuada recuperación de los costos de operación y mantenimiento de las redes de distribución, por una obsoleta estructura de tarifas y una baja recaudación (solamente el 40 por ciento del total de áreas regadas y el 60 por ciento de los usuarios pagan las tarifas); y el deterioro de las obras de infraestructura física de riego.

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