La recuperación económica de EEUU

<P>La recuperación económica de EEUU</P>

El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza su pronóstico de crecimiento de Estados Unidos para 2010 a un 2.7% desde el 1.5% estimado en octubre, señalando que los indicadores adelantados se han recuperado más fuerte de lo esperado.

Sin embargo, el FMI señaló que el año que viene la mayor economía del mundo se desacelerará a un 2.4%, cuando se hayan retirado las actuales medidas de estímulo. De esta manera, las autoridades buscan hallar una manera ordenada y apropiada de desmantelar el apoyo público que se le ha dado al sistema financiero” al buscar fortalecer la economía. También se tiene bien presente que, en caso de que la recuperación flaquee, se necesitarán posiblemente más medidas para apoyar la demanda por el lado fiscal. Por ello, lo que más preocupa ahora mismo es que el legado fiscal de la crisis pueda dejar una trayectoria de deuda en ascenso y que luego pueda convertirse en una situación insostenible.

La economía de Estados Unidos retrocedió un 6.2% en el cuarto trimestre. Y esa fue la peor contracción en 25 años (y el peor dato desde 1982), producto, fundamentalmente, de la necesidad de tener que acumular inventarios debido a la fuerte caída en las ventas y al desplome del consumo. Los norteamericanos preveían en diciembre una desaceleración de 3.8 por ciento.

Esa situación vino a ocurrir apenas después que el Presidente norteamericano, Barack Obama, presentase un presupuesto de 3.5 billones de dólares, con un déficit de 1.75 billones y fuertes reducciones en determinados gastos, un plan que algunos economistas han criticado como demasiado optimista.

La justificación.  La primera economía mundial arrancó el año 2008 en una situación no muy buena. Pudo retomar cierto aliento a mediados de año pero acabó hundiéndose al final del ejercicio. A partir de ahí el deterioro económico en el país no hizo más que agudizarse por la intensificación de la crisis financiera, la peor desde la Gran Depresión de 1929, y por el aumento de los productos en inventario acumulados por las empresas porque no se habían vendido (stocks). Así, el agravamiento de los indicadores macroeconómicos obedeció, en gran medida, a la caída en el gasto de los consumidores. Ese gasto representa más del 70% de la economía norteamericana y vino a caer al mayor ritmo en las últimas tres décadas, quedándose en los niveles más bajos de los últimos 28 años. Las empresas también redujeron sus gastos y todo esto se vio completado por la reducción de las exportaciones de los productos estadounidenses en el resto del mundo. La economía estadounidense gozó en el pasado de ayuda de políticas de tasas de interés cero de la reserva federal (FED), lo que abarató el dinero y facilitó el flujo de créditos.

En la mayor liquidez también ayudó el paquete de 787,000 millones aprobado en 2009. Es por ello que el presidente de la FED, Ben Bernanke,  aseguró que los Estados Unidos podrían salir de la recesión en 2009 y comenzar la recuperación en 2010, siempre y cuando los mercados se estabilicen. Lo que pasa es que los datos que ofrece ahora al Gobierno son mucho peor de lo esperado.

Perspectivas.  El FMI ha pronosticado un crecimiento del 0.5% de la economía global para este año, el peor desde 1945, lo que hace prever una caída aún mayor de las exportaciones. Bajo ese escenario, sostiene que, luego de contraerse 2.5% en 2009, la economía estadounidense no se recuperará sino hasta mediados de 2010. Prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense crezca en 2.7% en 2010 y baje a un 2.4% en 2011. Por ello, la perspectiva seguirá “siendo de una recuperación gradual, acorde con la experiencia internacional pasada de la crisis financiera y del mercado de vivienda”. En este ambiente espera que la combinación de tensiones financieras y de ajustes en los mercados de vivienda y laborales restrinja el crecimiento durante cierto tiempo.

El FMI también ha advertido que la perspectiva de corto plazo de la economía estadounidense “está marcada por un nivel extraordinario de incertidumbre” y que, por tanto, seguirán los altos riesgos. Aun así, si bien la situación económica se caracterizará por lento crecimiento y aumento de desempleo (ya más del 10%), se espera que la inflación se mantenga en niveles muy bajos, y que el índice de precios al consumidor (IPC) se incremente en algo más de 0.5% en 2010. No obstante, también existen riesgos de caídas significativas, aparte del descenso de los precios.  Posiblemente, menores ejecuciones de hipotecas, junto con el creciente desempleo, podrían  ejercer presión adicional a las familias y a los estados de cuenta financieros. Obviamente esto mucho dependerá de los acontecimientos que sucedan en el exterior, incluido el progreso alcanzado en el fortalecimiento de las instituciones y en los mercados financieros y, sobre todo, de la consideración de los estímulos fiscales adicionales, enfocados en medidas de acción rápidas.

Los cálculos presupuestarios más recientes del Congreso norteamericano pronosticaron un déficit de 1.35 billones de dólares para este año, ante una recuperación económica que será débil y desigual y que creará más desempleo. De este modo, de no hacerse los ajustes pertinentes se apuesta con seguridad de que la continuidad de los abultados déficits presupuestarios en Estados Unidos ocasionará dificultades políticas al Presidente Barack Obama y sus aliados demócratas en el Congreso. Por ello, la Casa Blanca está sometida a una considerable presión para reducir los déficit (la tinta roja llegó el año pasado al récord de 1.4 billones de dólares) o por lo menos evitar que aumenten. Los nuevos cálculos contemplan un déficit de 1.35 billones de dólares para el presente año fiscal, una merma a 980 millones de dólares para el próximo año, pero solamente si expiran las variadas reducciones fiscales aprobadas durante la presidencia de George W. Bush. La Casa Blanca sostiene que Obama propondrá una congelación de tres años a las agencias nacionales presupuestarias, aunque los ahorros apenas significarán un arañazo en la montaña de tinta roja pronosticada en la próxima década.

Aún no se sabe si Obama propondrá aumentar los impuestos y reducir los beneficios médicos y las pensiones. Lo que sí se sabe es que el déficit caería a 480,000 millones de dólares para 2015 sólo si las reducciones fiscales a los ingresos, inversiones y grandes herencias expiran a fines de este año. Los especialistas en temas presupuestarios creen que los déficits serán mucho mayores una vez que sean tenidas en cuenta las reducciones fiscales y otras medidas. Se ha buscado recomendar medidas para reducir el déficit, bien sea elevando los impuestos o creando otros nuevos gravámenes. 

Hasta ahora se sabe que la congelación parcial del gasto público sólo afectará a una parte relativamente pequeña de presupuesto federal, de unos 477,000 millones de dólares. El total del presupuesto asciende a 4.5 billones de dólares.

Según las proyecciones las recientes perspectivas de la economía mundial del FMI, el inicio de la reposición de los inventarios en las economías avanzadas y el dinamismo inesperado del consumo en Estados Unidos contribuirán al repunte de la confianza y al mantenimiento de los niveles bajos de inflación en 2010. No obstante, las altas tasas de desempleo, el aumento de la deuda pública y, en algunos países, la debilidad de los balances de los hogares, están complicando aún más la recuperación. 

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Los obstáculos

Son 5 factores de peso que podrían atentar contra una recuperación económica en los Estados Unidos. La mayoría se refiere al sector financiero, causante primordial de la crisis: 1) los activos tóxicos bancarios, porque nadie sabe a ciencia cierta cuántos activos tóxicos (o deuda incobrable) hay en el sistema financiero; 2) la supervisión real de los bancos, porque aun hoy los bancos podrían esconder un turbulento paisaje interior; 3) el desempleo masivo, porque el impacto de la crisis todavía no se ha sentido del todo; 4) los desequilibrios estructurales de la economía mundial, porque debajo del modelo económico hegemónico que siguió a la caída del muro de Berlín, hay una dinámica económica global, y (5) los imprevisibles, porque en la economía actual el impredecible factor “X”  determina los límites.

La cifra

2.7  por ciento.  Es la nueva tasa de crecimiento esperada de la economía de EU para 2010, según  recientes estimaciones del FMI. Bajo este ambiente se espera que la economía mundial crezca a una tasa de 3.9% en 2010 y 4.3% en 2011.

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