La recuperación económica europea

La recuperación económica europea

La Unión Europea (UE) parece haber entrado en una fase de “recuperación gradual”, tras la peor recesión de su historia, pero el destrozo que la crisis ha causado en el mercado laboral y en las arcas públicas amenaza con debilitarlos.

La Comisión Europea (CE), órgano ejecutivo de la UE, prevé en sus previsiones económicas que, desde la segunda mitad de 2009, Europa está “emergiendo de la recesión” y que registrará crecimientos “moderados” de 0.7% en 2010 y 1.6% en 2011. Según Bruselas, la predicción para 2011 es importante, porque atestigua que la recuperación es “sostenida”, y no se trata de un simple rebote temporal inducido por las millonarias ayudas que gobiernos y bancos centrales están destinando a estimular el consumo y el crédito.

La próxima década se presenta crucial para la historia económica de Europa. En todo el continente, los países de la UE deberán restablecer la confianza en los mercados financieros y volver a crear los millones de puestos de trabajo destruidos por la recesión. La demanda que catalice la creación de este empleo deberá caracterizarse sobre la base de un equilibrio sostenible entre la exportación de bienes y servicios y las políticas de gastos internos. Por añadidura, estos objetivos habrán de alcanzarse en un momento en que la presión sobre los recursos financieros públicos y privados será enorme. La apertura y el dinamismo de los mercados internacionales serán vitales para el fomento del crecimiento, el empleo y la innovación a largo plazo en toda Europa, especialmente si cuentan con el respaldo de unas políticas públicas inteligentes que mejoren la capacidad subyacente de la economía para lograr estos objetivos.

La justificación. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha asegurado que 2010 puede ser el año de la recuperación económica, si logran restablecer la confianza. Indica que han tomado las medidas necesarias, por lo que los datos macroeconómicos recientes dejan constancia de que se ha iniciado la recuperación, ya que la mayoría de los países de la zona euro salieron de la recesión a finales de 2009, tras un año de contracción. Sin embargo, esta recuperación es débil, ya que se ha producido al calor de la liquidez proporcionada por los bancos centrales y los estímulos fiscales de los gobiernos. Y, si bien el Producto Interno Bruto (PIB) de la eurozona ha venido creciendo en los últimos trimestres, algunos países como España y Grecia aun se encuentran con tasas negativas. Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) todos los países de la UE vieron caer su PIB en términos interanuales. Las economías avanzadas de Europa cayeron en 4.0% y las economías emergentes en 6.6%. Así, la zona euro redujo en 4.2% su crecimiento.

Entre las principales economías comunitarias, Alemania registró una caída del 5.3% y Francia 2.4%. Pero también la economía de Lituania cayó 18.5%, Rumania 8.5%, Irlanda 7.5%, Hungría 6.7%, Bulgaria 6.5%, Finlandia 6.4%, Italia 5.1%, Suecia 4.8%, Inglaterra 4.4%, Austria y España 3.8%. De esta manera, el conjunto de los veintisiete registraron una caída en el crecimiento del PIB de 4.7%. La CE en su momento presentó un plan integral destinado a recuperar a Europa de la actual crisis económica. Este plan estableció un estímulo fiscal oportuno, específico y temporal por un total aproximado de 200,000 millones de euros, ascendentes al 1.5% del PIB de la UE.

El Plan se hizo  con cargo tanto a los presupuestos nacionales (alrededor de 170,000 millones de euros, equivalentes al 1.2% del PIB) como a los de la UE y el Banco Europeo de Inversiones (alrededor de 30,000 millones, 0.3% del PIB). En esencia, el Plan se basó en la integración de dos elementos principales. En primer lugar, en medidas a corto plazo para impulsar la demanda, salvar empleo y ayudar a restaurar la confianza. Y, en segundo lugar, en una inversión inteligente que se traduzca en mayor crecimiento y una prosperidad sostenible a largo plazo. El Plan ha buscado consolidar el empleo de millones de personas, transformando la crisis en una oportunidad de lograr un crecimiento limpio y un futuro con más y mejores trabajos. A la vez, con el estímulo fiscal se busca encarrilar de nuevo a la economía por la vía del “Pacto de Estabilidad y Crecimiento”.

Lo cierto es que el BCE aun no ha dado precisiones sobre cuál será su próxima política monetaria. Aun así, ha mantenido por unanimidad los tipos de interés congelados en el “nivel apropiado del 1%”, su mínimo histórico, desde mayo de 2009, cuando los bajó hasta el 1.25%. El organismo monetario europeo ha rebajado los tipos de interés un 4.25% desde octubre de 2008. Ha sostenido que, gracias a las medidas de apoyo al sistema crediticio tomadas desde septiembre pasado, los tipos interbancarios en la zona euro son inferiores a los de Estados Unidos y los más bajos desde la Segunda Guerra Mundial. A ese respecto, recordó que las medidas no convencionales, como prestar liquidez sin límites a los bancos europeos y ampliar mucho más sus garantías han significado un aumento del balance del BCE en un monto equivalente al 16% del PIB de la zona euro. Manifestó que el primer problema en Europa hoy día es la desocupación y, por ello, buscará enfatizar la necesidad de darle una máxima prioridad a este problema social.

Perspectivas. Según el FMI, la economía de la UE se contraerá 4.2% en 2009 y crecerá solo 0.5% en 2010. Esto se debe a la tardía reacción de sus autoridades, al temor a la inflación y a un aumento de la deuda pública. De este modo, dado que Europa representa el 30% del comercio mundial, se estima que todo esto retrasará la recuperación de la economía mundial. Sin embargo, para los Gobiernos de Europa, la recesión mundial representa hoy un desafío colosal, pues deberán hacer frente a los efectos inmediatos que supone la caída de la demanda y las restricciones en el crédito. Las decisiones en los próximos años deberán sembrar el germen de un crecimiento futuro sostenible que pueda crear empleos, además de responder a los desafíos que representan a largo plazo el envejecimiento de la población, el cambio climático y la regulación del mercado financiero.

En la zona del euro, en 2010 sólo cuatro países claves mantendrán crecimientos medios negativos: Irlanda (-2.5%), Bulgaria (-2.5%), España (-0.7%) y Grecia (-0.3%). Y, en 2011, los veintisiete países de la Unión registrarán crecimientos positivos del PIB, con un máximo en Estonia (4.2%) y un mínimo en Grecia (0.7%). La recuperación de la actividad se deberá a la mejora de las condiciones internacionales (especialmente de las economías asiáticas), a la estabilización de los mercados financieros y a las “significativas” medidas de estímulo fiscal y monetarias puestas en marcha. No obstante, el BCE ha alertado del “enorme desafío” que plantea a los europeos la combinación de tres riesgos esenciales: los déficits persistentes externos y fiscales como resultado de la crisis, un crecimiento económico demasiado débil y el envejecimiento de la población. El BCE reconoce que, fundamentalmente, la sostenibilidad de las finanzas públicas ha llegado a convertirse en una “enorme preocupación” para Europa.

El déficit público europeo promedio se estima se triplicará en 2009 (pasará del -2.3% del PIB en 2008 al -6.9% en 2009 y -7.5% en 2010), muy por encima del límite (3%) que fija el “Pacto de Estabilidad y Crecimiento”. Igualmente, la tasa media de paro en la UE-27 aumentará del 9.1% en 2009 al 10.3% en 2010, para bajar sólo una décima en 2011 (10.2%). En la Eurozona (UE-16), el desempleo subirá del 9.5% en 2009 al 10.7% en 2010 y 10.9% en 2011. Así, el BCE ha anunciado que pedirá que la consolidación fiscal y la retirada de los estímulos presupuestarios comiencen como muy tarde en 2011, aunque algunos países deberán iniciarla antes. Veinte de los veintisiete países de la UE han registrado ya déficits excesivos en 2009. La CE también ha alertado insistentemente sobre la necesidad de completar el saneamiento de los balances de los bancos porque, de lo contrario, “no podrán prestar suficiente apoyo a la recuperación”, ni buscar que se normalice el crédito.

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Los obstáculos

La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s ha advertido de que la recuperación económica europea en 2010 será “muy superficial”. A pesar de que lo peor de la crisis ya ha pasado, considera que la caída del consumo, el repunte del paro y las restricciones crediticias son tres lastres que impedirán grandes avances en la economía global este año. S&P señala que un 13.1% de las empresas evaluadas habrá incurrido en suspensión de pagos al término de 2009. Se trata del porcentaje más elevado desde que comenzó a realizarse este estudio. S&P dice que 4 grandes obstáculos frenarán la recuperación económica global  el próximo año: la eventual subida de los tipos de interés en el  2010, las dificultades en el acceso al crédito, el aumento del desempleo con la  reducción del gasto y la caída de la inversión empresarial son los principales enemigos que Europa debe combatir.

La cifra

0.5 por ciento.  Es la nueva tasa de crecimiento esperada de la economía de la Unión Europea y la zona euro para 2010, según  recientes estimaciones del FMI. Se espera  esté liderado más por  economías emergentes europeas (1.7%).

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