La redacción que nos sofoca

La redacción que nos sofoca

Redactar bien es una de las atribuciones que nos inclina hacia los linderos de la satisfacción personal y la inquietud y perseverancia para ascender a un sitial de profesionalidad.

Escribimos hoy bien, o así lo creemos, pero se compensa con lo que nos traerá el mañana. Tengo un gran amigo. Amigo de todos los momentos porque fue amistad que nos relacionó temprano. Él era alumno inicial de la enseñanza secundaria. Yo dictaba clases, como profesor inicial en el Liceo llamado hoy Juan Pablo Duarte.

Él tenía unos trece años. Yo, algo así como dos décadas.

Ha pasado más de medio siglo y nuestra amistad permanece como en aquellos días de su infancia estudiantil.

Una vez me dijo: -Quiero que leas este libro, que vamos a presentar la próxima semana. Y te digo la verdad: Yo no sé escribir. Puedes expresarte con toda la libertad.

– Muy bien, le dije.

Yo podría pensar que ése era su secreto mejor guardado entre amigos de viejos tiempos.

Pienso en algunas personas que proclaman que escribir es muy fácil. Respeto la idea.

En una revista mejicana leo lo siguiente: “El uso de agentes biológicos como armamento militar cuenta con una larga trayectoria.

“Las tropas del imperio romano arrojaban cadáveres de animales y de humanos en pozos de agua para contaminarlas…”

Contaminar ¿al agua, a los pozos? ¿Quizás a los pobladores que se servían de esa toma de agua?

Esto lo he “tomado” de la publicación mejicana “Muy Interesante”, que se imprime mensuario en Méjico y en Colombia, muchas de estas cosas están llenas las columnas de: diarios, semanarios, quincenarios, mensuarios, etc. Y pocos se dan cuenta de éstos y de otros primores de la redacción.

Recorto material de toda calidad para el uso en la escritura y en la enseñanza del empleo del lenguaje. Mi mujer e hijos me dicen que hasta dónde voy a llegar con estos “entretenimientos”. Yo les respondo que cuiden su lenguaje. Que no se dice: “Hasta dónde”, que la frase para esa inquietud es “Hasta cuándo”.

La escritura y el empleo oral de la lengua requieren de una inclinación que entusiasme.

La preparación adecuada para expresarse bien y lograr el éxito. Muchas expresiones bien dichas y bien ordenadas, les pasamos por encima sin darnos cuentas de que lo que se acaba de decir. Imagínese usted cuando la nota o el suelto no están bien elaborados.

 Cosas para dominar en el “Arte de Escribir”. Una sola es suficiente: “Ni un día sin una línea”, frase con la cual, recordaba a un clásico de las letras: Nulla dies sine líneas. Y aquello que le hemos resaltado a Cervantes; “Le pidió la llave a la sobrina de la habitación”.

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