La reelección de Leonel

La reelección de Leonel

VIRGILIO ÁLVAREZ BONILLA
Luego de definidas las candidaturas de los tres principales partidos del sistema electoral dominicano, el panorama electoral vernáculo transita por un camino de claras definiciones, que tomando en cuenta lo cambiante que es la política se proyecta entre dos grandes fuerzas, los que impulsan la reelección de Leonel y aquellos que la adversan; por otra parte las reelecciones no brindan promesas sino realidades.

Siempre hemos creído que la reelección de por sí es tarea complicada, los aspirantes a ella se enfrentan a desgastes naturales en su gobierno, a permanentes exigencias sociales difíciles de complacer y a una férrea oposición de aquellos que pretenden reemplazar el estado de cosas, aunque en su íntima convicción sean anti  reeleccionistas por conveniencia.

La reelección de Leonel tiene sin embargo otros componentes que en similares contingencias no han existido. La modificación constitucional que permite al presidente optar por otro período consecutivo, auspiciada por cierto por el PRD en el período pasado, le prohíbe a la vez volver a ser aspirante a ese cargo y al de vicepresidente de por vida. De esta manera frena de manera tajante las aspiraciones continuistas de cualquier mandatario en ejercicio de la Presidencia de la República. Aspirar a un nuevo período, en consecuencia, no solo es legítimo sino conveniente en aquellos casos que como el actual se desarrollan planes concretos en beneficio de la población que se verían tronchados si se interrumpe el mandato constitucional del actual ejecutivo de la Nación.

Leonel no es pues un aspirante al continuismo desmedido, es un resuelto aspirante a concluir un programa de desarrollo para el país que por su vasto alcance social no es posible realizar en una etapa constitucional de cuatro años. Por otra parte, Leonel sigue siendo el político actual de más carisma y mayor aceptación. En las encuestas de mayor credibilidad, el presidente Fernández aparece en primer lugar muy por encima de sus competidores. Su partido por otra parte ha mantenido un alto porcentaje de credibilidad en la ciudadanía, lo que demuestra que el desgaste natural que pueda tener su gobierno, es atribuido por la población a funcionarios u colaboradores cuyas actuaciones son las que parecen afectar más al gobierno.

Las críticas contra el gobierno concluyen en la mayoría de las veces en reclamos de cambio en las actitudes de funcionarios que tienen mucho que ver con las quejas ciudadanas. Hay sin dudas muchos problemas por resolver, pero la percepción que se nota es que los mismos deben ser resueltos por el gobierno presidido por Leonel, no por la aventura que pueda surgir en un cambio electoral.

Ahora bien, no perdamos de vista la composición electoral que se vislumbra. La reelección está fuerte, pero es necesario que continúe su ritmo ascendente, el propósito debe ser triunfar en primera vuelta, el Bloque Progresista debe activarse y compactado realizar el trabajo necesario para impedir la realización de una segunda vuelta, que siempre causa traumas y costos que pueden evitarse con un mayor esfuerzo que permitan alcanzar las metas deseadas. Por otra parte el comportamiento del electorado en una segunda vuelta es siempre incierto. El principal partido de oposición parece que es un partido grande con mucha vocación de lucha, recordamos que el presidente Balaguer comparaba a los integrantes de ese partido con los «cuervos», diciendo que de día andan desbandados y de noche duermen en el mismo palo. De igual modo no se puede subestimar la candidatura del reformismo, hacerlo es dejar de reconocer una realidad política que está a la vista. El candidato reformista Aristy Castro sigue haciendo su trabajo proselitista con el mismo entusiasmo que le ha caracterizado siempre. Su objetivo es demostrar que su proyecto es viable y para ellos no escatimará ni esfuerzos ni recursos. Diferente del que pretenden atribuirle los propiciadores de una nueva Alianza Rosada, Amable parece tener otros objetivos, él sabe que el intento de establecer una nueva Alianza Rosada se gesta desde ya como un elemento de combate en contra de las pretensiones del presidente Fernández. Pero el hábil político higüeyano pretende otra cosa muy diferente, por lo menos en este momento. Un nuevo híbrido electoral de esa naturaleza siembra la duda dentro de sus propios gestores, ya que a la hora de la verdad no se sabrá cómo se partirá y repartirá este rábano.

Mientras tanto Leonel prosigue su gestión, confiado en el masivo respaldo que el pueblo habrá de darle en la próxima contienda electoral. Las recientes encuestas lo siguen situando en un cómodo primer lugar de las preferencias. La integración de nuevos elementos de oposición a la campaña por la reelección prodigará nuevos votos, los aliados de siempre consolidan su respaldo al presidente Fernández consciente de que su activa participación en este proyecto, significa la continuación de la estabilidad económica que garantiza la vía para un desarrollo sostenido.

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